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Mauricio Vicent y Juan Padrón: "Nosotros conocimos la Cuba del socialismo humano"

  • El periodista y el cineasta presentan en Barcelona el cómic Crónicas de la Habana
  • Un retrato de la isla antes de la caída de la Unión Soviética y de la llegada masiva de turistas

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Mauricio Vicent y Juan Padrón y detalle de la portada de 'Crónicas de la Habana'
Mauricio Vicent y Juan Padrón y detalle de la portada de 'Crónicas de la Habana'

Crónicas de la Habana. Un gallego en la Cuba Socialista (Astiberri), del periodista madrileño Mauricio Vicent y el cineasta cubano Juan Padrón (Vampiros en la Habana) es un divertido retrato de la Cuba de los años 80, antes de la caída de la Unión Soviética y de la llegada masiva de turistas. Un título tan evocador como necesario, que han presentado en el Salón del cómic de Barcelona.

“Recrear esa época de la Cuba de los años 80, antes de la caída de la Unión Soviética fue una idea que nos surgió entre daiquiris y mojitos –asegura Maurico- Nosotros nos conocimos justo en los 90, cuando todo se venía abajo, justo ahí fue cuando nosotros nos vinimos arriba”.

“Lo que recreamos en el libro es una Cuba de la que la gente ya no se acuerda –asegura Mauricio- porque actualmente la imagen que tenemos de la isla es del Periodo Especial, de cuando se vino abajo el socialismo, de cuando vinieron los discursos de resistencia. Pero nosotros conocimos la Cuba del socialismo humano, del socialismo real”.

Viñetas de 'Crónicas de la Habana'
Viñetas de 'Crónicas de la Habana'

Viñetas de 'Crónicas de la Habana'

“Como yo –continúa Mauricio- en esa época había estudiando gratis en Cuba, mediante becas, otros 30.000 estudiantes. Era la época en que casi no había turismo. Era la Cuba de los trabajos voluntarios, del internacionalismo, de ayudar a otros países”.

“El bloqueo –asegura Mauricio- también se usaba de excusa para hacer las cosas mal. Uno de los ejemplos que pongo en el libro es que tuve que hacer una copia de una llave y me la hicieron mal cinco veces. Eso no era culpa del bloqueo”.

Llegué a Cuba cansado de la Movida Madrileña

Mauricio llegó a Cuba en 1984, con veinte años, un poco cansado de la Movida Madrileña. “En esa época Europa era todo un poco gris. Por eso me fui. Y Al aterrizar en Cuba descubrí un lugar lleno de estímulos culturales, además del alcohol y las mujeres”.

“Enseguida conocí a un viejo profesor español de derecho que me dijo que me dijo que me podía conseguir una beca. ¡Y me quedé! En la beca conocía a gente de todo el mundo, porque Cuba era una cazuela abierta, un lugar de movimientos de izquierdas, en el que te podías encontrar gente muy interesante, más allá de la política. Por ejemplo, una de mis mejores amigas era Phan Thi Kim Phúc, la niña que aparecía en la famosa foto del napalm de Vietnam, y el padrino de mi hijo es Chucho Valdés.

Viñetas de 'Crónicas de la Habana'
Viñetas de 'Crónicas de la Habana'

Viñetas de 'Crónicas de la Habana'

Muchos de mis amigos de aquella época son hoy artistas consagrados de renombre internacional –añade-. Era gente que tenía miles de cosas que contar, mientras que en España estábamos todos inmersos en los excesos de la Movida. Todo eso más allá de que en todas las carreras se enseñase marxismo y leninismo y de que tuviésemos que aprender ruso, lo que fue uno de mis traumas”.

En aquel momento no estaban las contradicciones que vinieron después y que convirtieron a Cuba en otra cosa” –asegura Mauricio-.

Mauricio reconoce que también se quedó en Cuba, “por las mujeres, porque se ligaba más fácil y eran más guapas” (incluso terminó casándose con una).

Un cineasta mítico

Era una época dura –reconoce Juan Padrón-, pero no tan dura como lo fue después con el Periodo Especial. La recuerdo como una época de mucho trabajo, de publicar libros, cómics, películas. Había mucha actividad cultural. Todo eso se congeló con el Periodo Especial. Recuerdo que había reuniones de artistas que parecían velorios, porque todos estábamos allí intercambiando nuestros originales que eran imposibles de publicar. Porque no había papel. Se priorizaba para los libros de las escuelas”.

“En aquella época era mucho más fácil hacer películas –asegura el director de la mítica Vampiros en la Habana- Yo entré en un estudio de animación en el año 72, como freelance, y enseguida me hicieron fijo como director de plantilla. Y siempre querían que hiciese más y más películas”.

Viñetas de 'Crónicas de la Habana'
Viñetas de 'Crónicas de la Habana'

Viñetas de 'Crónicas de la Habana'

"Mucha gente nos dice que gracias al libro se enteran de cosas que no leyeron entonces en la prensa. Creo que se vivía bastante bien, sobre todo del 86 al 87. Luego comenzaron las dificultades, nadie podía pensar que aquello se iba a romper como se rompió y que iba a comenzar una etapa tan difícil", rememora Padrón.

En cuanto al cómic cubano actual, Padrón asegura que: “Hay autores cubanos muy buenos trabajando para el extranjero (como Italia y EE.UU), se están empezando a publicar algunos títulos y varios atores cubanos queremos sacar una web para mostrar nuestros trabajos y que puedan verse desde todo el mundo”.

Actualmente Padrón trabaja en “un libro ilustrado sobre el ejército español y el ejército libertador de cuba, con todos los uniformes, armas, equipos… Y también tengo planes para hacer otros cómics. Hace años que no hago animación porque tenía problemas con el Instituto de Cine, pero ya los he resuelto y estoy preparando una película sobre mi personaje más conocido, Elpidio Valdés, que lucha contra el colonialismo español y otro que sería la tercera parte de Vampiros en la Habana, pero que sería una precuela”.

Viñetas de 'Crónicas de la Habana'
Viñetas de 'Crónicas de la Habana'

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