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Mando Diao e Izal se reparten medallas en un Sonorama olímpico

  • El Sonorama cierra su XIX edición por la que han pasado más de 60.000 personas
  • Tres días en los que se ha demostrado la dimensión que coge este festival que nació de un grupo de amigos

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La banda de indie rock sueca Mando Diao durante su actuación en la tercera y última jornada del festival Sonorama 2016.
La banda de indie rock sueca Mando Diao durante su actuación en la tercera y última jornada del festival Sonorama 2016.

Los suecos Mando Diao y los españoles Izal se han repartido este sábado, junto a Corizonas, las medallas más destacadas de un Sonoroma olímpico, que ha cerrado su XIX edición por la que han pasado más de 60.000 personas y que demuestra la dimensión que coge este festival que nació de un grupo de amigos.

Como lo son los cuatro miembros de Mando Diao, que han desplegado su mejor mezcla de rock garajero con tintes setenteros, y que era una de las bandas más esperadas de este Sonorama, con el permiso de El Dúo Dinámico.

La voz desgarrada de Björn Dixgard, su energía y buen humor ha hecho vibrar a un público que tal vez ha podido ver en ellos un resumen de todos los estilos que han pasado en estos tres días por el Sonorama, a falta de que mañana los escenarios de día despidan definitivamente esta edición en el centro de Aranda de Duero.

Rock, funk, soul, disco y hasta pasajes western han dejado Mando Diao sobre el escenario con temas como "White Wall" -con la que han abierto- "Sweet Ride" o la dedica a las "chicas españolas", "Lady".

También guiños al Rey del rock and roll con una versión de "It's now or never de Elvis Presley" y que ha servido para enlazar uno de sus temas más populares, "Gloria", que ha convertido al Sonorama en una pista de baile de los años 70.

Mención especial al teclista, Daniel Haglund, que con su hammond ha dado las partes más bailongas del repertorio, como en "Down in the past".

Los suecos no han querido irse del Sonorama sin tocar su tema más popular y que les catapultó más allá de su país. "Dance with somebody" ha dejado buen sabor de boca a un público que, sin lugar a dudas, ha bailado.

Festival hecho por y para amigos

Si el Sonorama ha sido desde sus inicios un festival hecho por y para amigos gestionado desde la asociación Art de Troya, amigos son también bandas que han crecido bajo su manto protector.

Izal es una de ellas. Con solo seis años de vida han pasado de tocar en 2011 en una modesta carpa a actuar dos años más tarde en la deseada Plaza del Trigo y, de ahí, directos al reconocimiento y a los escenarios principales de festivales y salas del país.

Izal debe mucho al Sonorama, y cada vez que puede se lo devuelven. La noche era especial para ellos. No han dejado de decirlo.

Han abierto con "Prólogo" y "Copacabana", que da título a su último disco para continuar con "Asuntos Delicados" y "Hambre", que ha sonado con la energía de unos chicos que siguen alucinando -como ellos dicen- con todo lo que les está sucediendo.

Y es que hasta hace no mucho todos tenían que compatibilizar sus trabajos de cocinero, ingeniero y otras profesiones que les alejaba de sus sueños y les golpeaba con la realidad.

Pero "qué bien" -como titula la canción que les dio el éxito- que la apuesta fuera ganadora, no sin emplear mucho trabajo y esfuerzo, desde los conciertos ante cinco personas ante las 16.000 de hoy.

Tampoco se han olvidado de tocar otros de sus temas más conocidos como "Despedida", "Tóxico", "La mujer de verde" y "El baile", con la que han cerrado y con una petición al público de Mikel Izal: "por favor, no os olvidéis de las salas pequeñas. Los festivales son muy importantes, pero lo es más apoyar a las bandas que empiezan en los bares".

Lo mismo les ocurrió a ellos y hoy, para cerrar su actuación, lo han celebrado a lo grande tirando fuegos artificiales.

La noche ha dejado más actuaciones, como Delorean, Cooper y Corizonas, que con su música fronteriza y de película western con un Javier Vielba en estado de gracia, han merecido otra medalla en este Sonorama que mira ya, inevitablemente, a la fiesta que tiene que celebrar el próximo año para su veinte cumpleaños con todos sus amigos, los sonorámicos.