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Divisionismo y Futurismo: De la denuncia social a la plena abstracción

  • La Fundación Mapfre muestra la evolución de una corriente a otra
  • Los artistas siempre mantuvieron como enseña el color y la luminosidad

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'La danza de las horas' de Gaetano Previati. (1899)
'La danza de las horas' de Gaetano Previati. (1899)

Los divisionistas descompusieron la pintura en tres colores primarios para que se mezclaran en la retina del espectador creando un efecto vibrante.

Con este nuevo estilo por bandera, que bebía del puntillismo y del impresionismo, se propusieron reflejar, primero la luz de paisajes naturales, y después, las desigualdades sociales de finales del siglo XIX: ciudades en las que muchos de sus habitantes vivían sumidos en la pobreza y bajo condiciones laborales infrahumanas.

Este atrevimiento supuso el primer paso hacia una corriente más cosmopolita, que dibujaba el dinamismo de la vida moderna, y “científica” por sus investigaciones sobre la luminosidad y el colorido.

Este movimiento pictórico italiano tuvo sentido en un contexto histórico concreto: el de una Italia unida que nace como nación joven y enarbola esta corriente como punta de lanza de su razón de ser.

Exposición 'Del divisionismo al futurismo'

Exposición 'Del divisionismo al futurismo'

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  • 'El vendedor de barquillos' de Gino Severini, 1909. Colección particular, Milán.

  • 'Reflexiones de un hambriento' de Emilio Longoni ,1893. Museo del Territorio Biellese, Biella.

Pero el divisionismo del XIX transitó de forma natural, sin traumas ni rupturas, a la corriente simbolista en boga en la época. Viajó hacia una “pintura de las ideas”, que coqueteaba con el inconsciente, y que tras el impacto del manifiesto de Marinetti eclosionaría en el futurismo propio de las vanguardias del siglo XX. Un camino que desemboca en una plena abstracción con una estética netamente contemporánea.

Esta evolución tranquila, protagonizada por el mismo grupo de artistas, Balla, Previati, Boccioni, Severini, etc, es la que pretende mostrar de forma evidente a ojos del público la muestra de la Fundación Mapfre, "Del Divisionismo al Futurismo, el arte italiano hacia la modernidad", que se exhibirá en su sede madrileña del 17 de febrero al 5 de junio de 2016.

“`[Los divisionistas] Ven que la ciudad no son solo los pobres. Hay masas, hay luces, hay movimiento, hay una realidad completamente distinta de la que van a poder pintar, y muestran ideas de transformación y de futuro”, señala a RTVE.es, Pablo Jiménez Burillo, director de Cultura de la Fundación Mapfre, que explica que en la muestra se ve “como poco a poco los cuadros futuristas son distintos pero mantienen esa idea de los puntos de color. Mantienen una gran coherencia”.

El camino hacia un mundo onírico

'Reflexiones de un hambriento' de Emilio Longoni ,1893. Museo del Territorio Biellese, Biella.

Para mostrar este tránsito, la exposición madrileña se divide en cinco espacios, en el dedicado al compromiso social destaca la polémica Reflexiones de un hambriento (1893) de Emilio Longori que causó escándalo al ser acusado de “instigación al odio entre clases”. Esta denuncia realista es compartida por Morbelli, que plasma el trabajo esclavo de las mujeres recolectoras de arroz en Per ottanta centessimi.

En la etapa en la que los divisionistas emprenden la inmersión en la “pintura de ideas” simbolista destacan las obras de Gaetano Previati, que paulatinamente abandonan el realismo y se deslizan hacia un mundo onírico, cósmico y fantástico.

Sobresale la fascinante La danza de las horas, de 1899 [Ver imagen de cabecera] que muestra un grupo de jóvenes cuyo movimiento parece acompasarse al de una melodía imaginaria.

A principios del siglo XX, las teorías divisionistas se convierten en el lenguaje común a todos los pintores que devendrán futuristas, y los artistas mantienen en este periodo el interés por la captación de la luz natural.

Boccioni realizará una serie de retratos cuyo tema central será su madre, Cecilia, en los que la luz se descompone en un arcoiris de chispazos azules, lilas, rosas, verdes, como se puede observar en Desnudo de espaldas

'Desnudo de espaldas' de Umberto Boccioni ,1909. Museo di Arte Moderna e Contemporanea di Trento e Rovereto, Rovereto. Colección L. F.

Marinetti proclama el manifiesto futurista

“La magnificencia del mundo se ha enriquecido con una nueva belleza: la belleza de la velocidad. [...] un automóvil rugiente que parece correr sobre la metralla es más bello que la Victoria de Samotracia”, proclamaba el Manifiesto del futurismo publicado por Filippo Tommaso Marinetti en Le Figaro el 20 de febrero de 1909.

Creadores como Severini, Balla o Boccioni se sumaron de inmediato a su filosofía. En el caso de Boccioni derivó, a causa de la influencia del cubismo de Picasso y Braque, en una abstracción de tipo más geométrico.

'Retrato de Madame S.' de Gino Severini ,1913-1915. Museo di Arte Moderna e Contemporanea di Trento e Rovereto.

El rol fundamental de esta actualización del cubismo lo había desempeñado, sin embargo, Severini, que se había trasladado en 1906 a París.El dinamismo del espacio causado por el movimiento de los objetos se apreciará claramente en creaciones como el célebre Retrato de Madame S. (1913-1915).

Balla, sin embargo, era ya un pintor consolidado cuando se adhirió al futurismo. En 1913 subastó sus pinturas passatiste [“pasadistas”, en contraposición a futuristi, “futuristas”] para convertirse en “Futur-Balla”, como empezó a firmar.

En estas obras del grupo ya se puede apreciar una evolución integral que partió de las raíces sociales del siglo XIX para subirse a lomos de la abstracción total propia de las vanguardias, en un viaje en el que los pintores no olvidaron la militancia en la luz y el color.