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Benicio del Toro: "'Sicario' es el desesperado esfuerzo de EE.UU. de controlar algo por la fuerza"

  • Se estrena Sicario, sobre la guerra sucia contra el narcotráfico en la frontera de México y EE.UU.
  • RTVE.es entrevista a sus protagonistas Benicio del Toro y Emily Blunt, y su director Denis Villeneuve
  • El gobierno de Ciudad Juárez protesta por el daño causado a la imagen del municipio

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Benicio del Toro: "'Sicario' es el desesperado esfuerzo de EE.UU. de controlar algo por la fuerza"

EL Paso y Ciudad Juárez. Dos ciudades separadas por la frontera del mundo con mayor número de puntos fronterizos legales. Y también ilegales. Una línea de 3.185 Km. que separa México de EE.UU. y que es una de las manifestaciones más obvias de los diferentes ‘mundos’ que contiene este planeta. Sobre la cara oscura de la frontera versa Sicario, de Denis Villeneuve (Enemy, Prisioneros), centrada en la guerra sucia de EE.UU. contra el narcotráfico. Este viernes 13 de noviembre llega a las pantallas de España. RTVE.es entrevistó en el último Festival de San Sebastián a su director y sus dos protagonistas: Benicio del Toro y Emily Blunt.

Sicario es una ficción en la que una joven agente de FBI (Emily Blunt) es reclutada para un cuerpo que opera al margen de toda legalidad para internarse en territorio mexicano para combatir el cartel de narcotraficantes. Comandado por Josh Brolin, cuenta con el apoyo de un oscuro agente colombiano (Benicio de Toro) conocedor de las tácticas de los narcos y en busca de su propia venganza personal.

¿Es Sicario una crítica de la arrogante guerra sucia de EE.UU. o su simple descripción? “La arrogancia de EE.UU. es la misma que la arrogancia de Europa, del mundo occidental”, responde el director canadiense, que viste la película con su conocida fuerza visual. “Me interesaba mostrar esa arrogancia y también la tentación, cuando nos enfrentamos a peligros específicos, de creer que es buena idea contar con gente más allá de la ley para luchar contra ese peligro".

Esa tentación está encarnada en Benicio del Toro. “Sicario habla de la arrogancia de los EE.UU., pero también de la desesperación. Es el desesperado intento de los EE.UU. por controlar algo por la fuerza”, dice el actor, que obtuvo un Oscar como secundario por otra cinta de drogas y frontera: Traffic.

Aunque Sicario arranca con cierta vocación realista, su personaje es casi un samurai: lacónico y letal. “El personaje representa esa reacción de 'ya es suficiente'. Luchar contra el fuego con agua no ha servido, así que luchemos el fuego contra fuego”, afirma Del Toro.

En oposición, Emily Blunt es una inocente agente del FBI que todavía cree en la legalidad. Un personaje que salva los muebles morales de EE.UU. “Ella quiere luchar contra el fuego con agua. Representa la moralidad en un mundo violento. Y piensa que tiene que hacer las cosas de modo correcto, de un modo que no contribuya al ciclo de la violencia”, explica la actriz británica. "Es raro que veas en una película muchas parte de algo tan complejo y la corrupción de ambos bando. Sicario explora la zona gis de este problema de guerra y drogas.

Villeneuve, junto al infalible director de fotografía Roger Deakins, recrean la entrada del convoy estadounidense a territorio mexicano con una poderosa fuerza visual. Los planos aéreos subrayan que, quizá, el problema sea precisamente la existencia de fronteras.

“Las fronteras son absurdas”, dice Villeneuve “Esta frontera específica, entre Ciudad Juárez y El Paso, fue un éxito comercial al principio. Todavía hay comercio y mucha vida alrededor, pero al mismo tiempo uno de los lados es muy violento y la gente vive totalmente atemorizada. Y el otro lado es un lugar seguro. Es un contraste oscuro”.

La llegada a Juárez está presentada como un auténtico descenso a los infiernos y hasta el propio alcalde de la ciudad protestó públicamente cuando la película se estreno en EE.UU. el pasado octubre, argumentando que la violencia desmedida terminó hace tres o cuatro años, e incluso se planteó denunciar a los productores, aunque finalmente desistió tras las disculpas del director.

Villeneuve (y Deakins), mientras, se preparan para el más difícil todavía: la esperadísima segunda parte de Blade Runner que comienzan a rodar próximamente.