Enlaces accesibilidad

¿Qué es la difteria y cómo se contagia?

  • Es una enfermedad respiratoria que se contagia a través de la saliva
  • En España y el resto de Europa la vacunación hace que apenas haya casos
  • El tratamiento de la enfermedad es a base de una antitoxina y antibióticos

Por
La bacteria de la difteria actúa desprendiendo una toxina muy agresiva
La bacteria de la difteria actúa desprendiendo una toxina muy agresiva.

Un niño de 6 años de Olot (Girona) ha ingresado en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona por un caso de difteria, enfermedad de la que no estaba vacunado, en el primer caso de esta enfermedad infecciosa que se diagnostica en Cataluña desde hace 32 años y el primero en España desde hace 28 años.

A continuación explicamos algunas de las claves para conocer esta enfermedad, sus riesgos y su tratamiento.

¿Qué es la difteria?

La difteria es una enfermedad infecciosa producida por el bacilo Corynebacterium diphtheriae que se manifiesta en la laringe y se transmite por las secreciones de nariz, estornudos, sudor o lágrimas de las personas infectadas y afecta exclusivamente a humanos.

Cuando la bacteria crece libera unas toxinas que van a la sangre y pueden provocar lesiones en el corazón, los riñones y el sistema nervioso y suele tener un pronóstico reservado hasta los 50 días después de haberse iniciado. Si no se trata a tiempo, la enfermedad puede ser grave e incluso, en ciertos casos, mortal.

¿Cuáles son los síntomas?

La sintomatología es amplia y aparece entre uno y siete días después de la infección. En sus primeras fases, la difteria se parece a un fuerte dolor de garganta. La toxina que produce la bacteria afecta a las mucosas de la nariz, la garganta y otras partes de las vías respiratorias.

Por lo tanto, ocurren problemas respiratorios -dificultad respiratoria, sonidos al respirar, tos perruna- y dificultades para tragar incluso líquidos, babeo (cuando está a punto de ocurrir la obstrucción de las vías respiratorias), así como fiebre y escalofríos.

En algunos casos, la difteria afecta primero a la piel y produce lesiones cutáneas. El color azulado en la piel es otro de los síntomas que pueden manifestarse.

A medida que avanza la infección, la persona puede tener visión doble, arrastrar la voz al hablar o presentar palidez, piel fría, taquicardia, sudoración e inquietud, síntomas de un shock inminente.

Cuando la difteria se extiende más allá de las vías respiratorias por la liberación de las toxinas en el torrente sanguíneo, llega a producir problemas en el corazón -problemas de bombeo de la sangre- y en los riñones -dificultades para filtrar y eliminar los desechos-. El sistema nervioso también podría verse afectado, pudiendo llegar a sufrir el afectado una parálisis temporal.

¿Cómo se contagia?

La difteria se propaga fácilmente, a través de las gotitas de saliva que puede expulsar el enfermo cuando estornuda o tose. Por eso, las personas en contacto con un enfermo de difteria presentan un riesgo alto de contagio.

Al transmitirse por la saliva, también puede contagiarse si se utiliza un pañuelo o un vaso usado por una persona infectada.

¿Quiénes son más vulnerables a contraerla?

Los niños menores de cinco años y los adultos mayores de 60 son particularmente propensos a contraer esta infección. Las personas que viven en condiciones insalubres o de hacinamiento, las que padecen malnutrición y los niños y adultos que no tienen al día el calendario de vacunaciones también están en situación de riesgo.

¿Cómo se trata la difteria?

Una vez diagnosticada la enfermedad, es necesaria la administración de antibióticos -como penicilina y eritromicina-, para suprimir la infección, y de la antitoxina diftérica, que se administra como inyección intramuscular en viales, para neutralizar los efectos de las toxinas de las bacterias.

Es posible que se requiere ingreso en el hospital para recibir la antitoxina y otros tratamientos contra los síntomas, como administración de líquidos por vía intravenosa, oxígeno, monitorización cardíaca y respiratoria o corrección de posibles obstrucciones en las vías respiratorias.

¿Cómo puede prevenirse?

La difteria, un azote mortal para la infancia en último siglo, casi se ha eliminado gracias a las vacunas, según recuerda la OMS. En la actualidad, es una enfermedad muy poco frecuente en España, Europa y Estados Unidos debido a la implantación generalizada de la vacunación, aunque ha habido epidemias recientes en Rusia y en otros países de la Europa del Este, llegando a afectar a personas adultas.

¿Cómo es la vacunación?

La vacuna contra la difteria se administra normalmente combinada con la del tétanos y la tos ferina, y el calendario de vacunaciones de Cataluña prevé la administración de seis dosis, las tres primeras a los dos, cuatro y seis meses de edad, otra a los 18 meses, y entre los cuatro y los seis años otra dosis de recuerdo y una final a los 16 años.

En personas adultas sería recomendable poner dosis de recuerdo a los 40 y a los 65 años, según ha recordado la Generalitat tras el caso del niño de Olot.