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Jérémie Moreau: "'Max Winson' está inspirado en la biografía de Andre Agassi"

  • El joven dibujante francés ha presentado su nueva obra en Barcelona
  • Estuvo nominada a los esenciales del Festival de Angoulema 2015

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Jérémy Moreau y un fragmento de una de sus viñetas de Max Winston
Jérémy Moreau y un fragmento de una de sus viñetas de Max Winston

A pesar de su juventud Jérémie Moreau (París, 1987), es una de las grandes promesas del cómic francés. Y, en paralelo, ha trabajado en películas de animación como Lorax: En busca de la trúfula perdida (2012) o Gru: Mi villano favorito 2 (2013). Su primer cómic, El mono de Hartlepool (Dibbuks, 2012), se llevó varios premios y fue seleccionado para los Premios esenciales del Festival de Angulema 2013. Y ahora presenta en el salón Max Winson (Dibbuks), la historia de un jugador de tenis imbatible que también ha sido nominada a los esenciales del Festival de Angoulema 2015.

“Es una metáfora sobre la sociedad tan competitiva de la actualidad –asegura Jérémie-. El protagonista es un joven tenista invencible, que descubrirá que la competición constante también puede llevar a la infelicidad, incluso aunque siempre se gane”.

“Una de las formas de expresarlo en el cómic -continúa el autor-es la relación del protagonista con su padre, que es un tirano en los entrenamientos y el que le lleva a esa espiral de tener que ser siempre el mejor. Es una relación muy caricaturizada y representa esa sociedad competitiva en la que parece que sólo importa ganar, aunque ese triunfo lleve a la infelicidad. De hecho, el padre muere de un infarto cuando el joven tenista está a punto de perder un partido”

La historia se inspira en la vida de Andre Agassi

Jérémie asegura que la historia está ambientada en el mundo del tenis “porque es un deporte muy solitario. Confieso que una de las mayores fuentes de inspiración del cómic fue la autobiografía de Andre Agassi, en la que cuenta esa obsesión que tuvo, y que tenía, por convertirse en un campeón a toda costa, y que casi le destroza la vida”.

Además, Jérémie nos comenta que está historia “Sólo podía estar ambientada en el mundo del tenis porque hay una importante simbología con la pelota que se verá, sobre todo, a partir del segundo tomo. La pelota es como la capacidad de relacionarse del ser humano. Al principio el protagonista está aislado en su mundo, sólo a partir del segundo volumen aprenderá a devolver la pelota,  a comunicarse y compartir cosas con los demás”.

Para reflejar ese mundo del tenis vio numerosos partidos. “El tenis siempre me ha interesado mucho por su plasticidad, su movimiento y sus posibilidades cinematográficas” –confiesa-.

Un cambio de estilo radical

Quienes leyeran el anterior trabajo de Jérémie, El mono de Hartepool (Dibbuks) se habrán sorprendido del cambio radical de estilo de dibujo. “Yo provengo del mundo de la animación –asegura- Soy diseñador de personajes. Y en cada película tenemos que cambiar de estilo. Cada una está ambientada en mundos muy diferentes y los personajes no tienen nada que ver los unos con los otros, así que estoy acostumbrado”.

Además nos sorprende con un estilo muy parecido al manga, que hace furor entre los jóvenes franceses y que también ha adoptado otro de los jóvenes artistas galos, Bastién Vivès. “Lo curioso es que Bastién y yo fuimos a la misma escuela de arte –confiesa-. Y llegamos al mundo del cómic casi al mismo tiempo. Y tenemos influencias comunes. Pero en el fondo, nuestros estilos y nuestras formas de narrar son muy diferentes”.

“Por ejemplo –continúa- una de sus obras más famosas, Pollina (Diábolo), es más realista, más naturalista y está más centrada en los sentimientos. Sin embargo, Max Winson es una fábula con aspectos más caricaturescos. Es un cuento sobre la modernidad, sobre la velocidad de la vida actual y con un tono mucho más satírico. Creo que Bastién y yo somos radicalmente distintos”.

“En el fondo –asegura Jérémie- he elegido este estilo de dibujo más depurado porque me permitía dibujar una historia de 300 páginas de una forma muy rápida. Ha sido por motivos artísticos y por rapidez”.

Sus proyectos

Jérémie confiesa que escribir y dibujar la historia ha sido “Muy costoso. Te tienes que comprometer a tope y estás mucho más estresado. Además estás completamente solo, un poco como el protagonista del cómic”.

El segundo tomo ya está publicado en Francia y Dib>buks lo sacará pronto en España. Y según Jérémie será muy diferente. “Este primer tomo habla sobre el culto a la victoria y está ambientado en el mundo de la alta competición. Hay mucho ruido, mucho movimiento. El segundo es una huída. El protagonista se escapará al campo donde conocerá a un niño al que enseñará a jugar al tenis y, por primera vez,  será feliz practicando el tenis rodeado campos de maíz y mucha paz. Y no para competir con un contrario”.

El joven autor confiesa que es un poco autobiográfico: “He competido desde pequeo en concursos de dibujo. E incluso he ganado algunos. Pero en cuanto conseguí un trabajo no he vuelto a hacerlo. Lo importante en el mundo del cómic, como en casi todo, es ser distinto, original, no competir con otros. Antes estaba celoso de muchos dibujantes a los que admiraba, ahora simplemente disfruto con sus obras”.

En cuanto a sus proyectos, Jérémy nos avanza que “Tengo una historia para un cortometraje de animación gracias a la cual he recuperado el gusto por contar historias. Y me gustaría seguir contando mis cosas.Así que si vuelvo a colaborar con algún gran estudio,  será sólo porque necesito dinero”.

“Actualmente –nos avanza- estoy adaptando una novela juvenil sobre el mundo de los caballos y la equitación. El protagonista es un chaval que se queda paralítico y, a pesar de las dificultades,  luchará para convertirse en Jockey. Sera con un estilo muy diferente, con grandes ilustraciones en color realizadas con acuarelas”.