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Una Concha de Oro para muchos (y buenos) aspirantes

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'Magical Girl', 'Eden' y 'Silent heart', favoritas a la Concha de Oro.
'Magical Girl', 'Eden' y 'Silent heart', favoritas a la Concha de Oro.

Con la motorizada llegada de Orlando Bloom a medianoche y el cierre de la sección oficial fuera de concurso con Samba, de Olivier Nakache y Eric Toledano, se agota la agenda del Festival de San Sebastián y comienzan horas de cotilleos y rumores hasta la gala de clausura que tendrá lugar a las 20.00 h. en el Kursaal.

¿Quién recibirá la Concha de Oro? Para auténticas quinielas lo mejor es mirar hacia el jurado y su presidente Fernando Bovaira, cuya mano será decisiva. Atención a su condición de productor (Mar adentro, Biutiful, Primos) que puede inclinar el palmarés final hacia la viabilidad comercial de las películas. En ese sentido, La isla mínima, que en su estreno de ayer se situaba provisionalmente en el segundo lugar de la taquilla española, apunta en la buena dirección.

“Las películas no son una competición olímpica”, decía Isaki Lacuesta, pero como sea que la ciudad bulle en especulaciones, vamos con un ránking absolutamente subjetivo de la sección oficial de San Sebastián.

Las mejores: Magical Girl, Eden y Silent heart

Las adhesiones más vehementes son para Magical Girl. Quien se enamoró de la segunda película de Carlos Vermut, no concibe otra Concha de Oro. Un narrador de una madurez apabullante con puzle sobre la obsesión, dominación y sumisión que interpretan José Sacristán, Bárbara Lennie y Luis Bermejo

Eden, de la francesa Mia Hansen-Løve, una crónica aparentemente ligera del estancamiento vital de un DJ durante dos décadas, también ha destacado. Una obra deudora y continuadora de la tradición naturalista francesa y, a la vez, profundamente original

Casi ha sido mayor sorpresa que un veterano como Bille August, por muy laureado que esté (dos Palmas de Oro incluidas) componga un exquisito drama nórdico. Profunda, irónica, sombría, cómica por momentos, el director danés condensa en una casa familiar aroma de buen teatro, admirablemente escrito e interpretado.

La clase media

La isla mínima, el thriller de autor de Alberto Rodríguez, encabeza el pelotón con su acercamiento en clave de género a los pantanos de la transición. Javier Gutiérrez está de Concha de Plata.

Phoenix, de Christian Petzold, un melodrama de múltiples referencias cinéfilas sobre el sentimiento de culpa alemán,h a polarizado las reacciones entre los que salen enardecidos tras su grandísimo final y los que no acceden a su frialdad germánica.

Las posibles sorpresas

Loreak, de Jon Garaño y Jose Mari Goenaga, la primera película íntegramente en euskera que compite por la Concha de Oro es quizá la más minuciosa de la competición y la que ofrece un perfil más ‘festivalero’.

Y La entrega, la aventura americana de Michael R. Roskam y última película de James Gandolfini, ofrece una pieza de cámara de género negro, sólida y solvente, sin ser especialmente brillante.

Solo se conoce un premio: el Premio del público elegido entre las películas de la sección Perlas, una selección de lo mejor de otros festivales, para La sal de la tierra, de Wim Wenders y Juliano Salgado, un documental sobre el fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado.

Pero las dudas se resuelven en una gala de clausura que pondrá fin a una edición indudablemnte histórica: no han caído ni cuatro gotas durante los nueve días de festival.