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Premio Príncipe de Asturias de los Deportes

Maratón de Nueva York, una historia de integración

  • La carrera fue fundada en 1970 para reunir únicamente a 127 atletas
  • En 1976 fue cambiado el trazado para recorrer los cinco distritos
  • Actualmente congrega a cientos de miles entre participantes y espectadores

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Maratón de Nueva York
La integración de todo tipo de atletas es uno de los sellos distintivos del maratón de Nueva York.

Cuando en 1970 el Club de Corredores de Nueva York decidió fundar una carrera de maratón y tan solo 127 pioneros acudieron a la llamada, nadie se podía imaginar que 44 años después se convertiría en una de las citas atléticas más importantes del calendario.

En 2014, la Maratón de Nueva York convoca a decenas de miles de corredores de todo el mundo, profesionales y aficionados, de todas las etnias y edades. Incluso hay una maratón para corredores con silla de ruedas.

Una capacidad integradora que les ha llevado a ser galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes de 2014.

Esa mañana de noviembre de 1970, solo 55 de los intrépidos convocados por Fred Lebow y Vincent Chiappetta completaron las 55 vueltas a Prak Drive, ante la mirada de unos pocos centenares de espectadores.

Ganó el local Gary Muhrcke con un tiempo de 2h31'38'', bastante lejos del récord establecido por Geoffrey Mutai en 2011 (2h05'16''), pero suficiente para inscribir su nombre en la historia.

Actualmente, no solo la nómina de atletas, sino la de espectadores y voluntarios congrega a cientos de miles de personas para convertir Nueva York en una de las capitales mundiales del atletismo.

1976, el impulso definitivo

Una de las fechas claves de dicho impulso fue en 1976, cuando la ciudad se preparaba para celebrar su bicentenario y un funcionario municipal, George Spitz, sugirió hacer un trazado que atravesara los cinco distritos de la 'Gran Manzana'.

De esta forma, la carrera comienza en Staten Island y atraviesa el puente Verrazano Narrows para dejar la fotografía más espectacular del evento, la del puente inundado de atletas.

Pasado el Verrazano Narrows, el trazado continúa por Brooklyn (Cuarta Avenida y Avenida Bedford), el cruce del puente Pulaski para entrar en Long Island a la mitad de la carrera, Queens, el cruce del East River por el puente Queensboro para adentrarse en Manhattan, la Primera Avenida, de ahí al Bronx y vuelta a Manhattan como paso previo a Harlem por la Quinta Avenida y ya llegando a la meta en Central Park.

Todo un paseo por los lugares más emblemáticos de Nueva York en una carrera para todo el mundo.