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Las autoridades elevan a 24 el número de muertos en un corrimiento de tierras en EE.UU.

  • 176 personas continúan desaparecidas
  • Obama ha firmado una declaración de emergencia para acelerar la respuesta
  • El terreno inundado y la previsión de lluvias complican las labores de búsqueda 

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Integrantes de la Fuerza de Tarea Uno (FEMA) del estado de Washington caminan en medio de los restos de un campo buscando víctimas.
Integrantes de la Fuerza de Tarea Uno (FEMA) del estado de Washington caminan en medio de los restos de un campo buscando víctimas.

Las autoridades han localizado este miércoles diez nuevas víctimas mortales en el desprendimiento de tierras ocurrido el sábado en una zona rural de Washington (costa oeste), lo que eleva la cifra de fallecidos a 24, mientras 176 siguen desaparecidos y se aleja la esperanza de hallar supervivientes.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha firmado este martes una declaración de emergencia para acelerar la respuesta ante este suceso mientras que el operativo de búsqueda se ralentiza por las condiciones del terreno, está inundado, y por la previsión de nuevas complicaciones meteorológicas.

Las autoridades del condado de Snohomish, al que pertenece la población de Oso donde ocurrió el suceso, han informado a los periodistas de que los equipos de rescate han recuperado dos cadáveres más y localizado otros ocho, que se suman a los 14 hallados hasta este momento.

El jefe de bomberos del distrito 21 del condado, Travis Hots, ha expresado su "decepción" por no haber encontrado en cuatro días completos de búsqueda intensa "ningún signo de vida" y ha expresado sus condolencias a quienes han perdido a familiares en la tragedia.

Obama firma una declaración de emergencia

Obama, ha firmado la declaración de emergencia para acelerar la respuesta ante este suceso, ocurrido el sábado cuando una avalancha de tierra y lodo sepultó en pocos segundos 49 viviendas del pequeño pueblo de Oso, donde viven unas 200 personas y que está a 60 kilómetros al noroeste de Seattle, uno de los principales centros urbanos del país.

Al término de la cuarta jornada de búsqueda, crece el desaliento entre los equipos de rescate y los familiares de los desaparecidos, quienes, según han explicado a los medios locales, comienzan a pasar de la esperanza a la aceptación del peor escenario.

La inestabilidad del terreno inundado de lodo y la amenaza de nuevas lluvias complican las labores de rescate y la estimación del balance de víctimas, lo que llevó el lunes a que en menos de 24 horas la cifra oficial de muertos pasara de 8 a 14 y la de desaparecidos de 18 a 108 y, poco después, a 176.

Aumenta la angustia entre los familiares

Esto ha hecho que crezca la angustia y la incertidumbre entre los familiares y vecinos de la zona, mientras que las autoridades tratan de mantener la esperanza e insisten en que la operación en marcha no es sólo de recuperación tras la catástrofe sino que sigue siendo también de rescate.

"Ya lo he dicho antes, yo creo en los milagros. Creo que la gente sobrevive a sucesos como este", ha afirmado en declaraciones a los periodistas el responsable del departamento que gestiona las emergencias del condado, John Pennington, tras insistir el lunes en que el hecho de que se calculen 176 desaparecidos no quiere decir que todos ellos hayan muerto.

Menos optimista se ha mostrado un portavoz de la policía local al afirmar: "Estamos esperando un milagro, pero nos estamos preparando para una operación de recuperación".

Las autoridades consideran las lluvias torrenciales de las últimas semanas y la historia geológica de la zona como causas principales del suceso, que habría tenido consecuencias menos graves, según los expertos, si se hubiera prevenido a la población y si las viviendas de la zona estuvieran hechas de materiales de mejor calidad.

Aunque Pennington ha calificado el suceso como "completamente imprevisible", el diario "The Seattle Times" ha sacado a la luz numerosos informes geológicos en los que se advertía de que el área corría peligro.

Rescate ralentizado por las condiciones

El presidente Obama ha hablado este martes por teléfono con el gobernador del estado, Jay Inslee, para informarle de la declaración de emergencia federal, según explicó el mismo desde La Haya (Países Bajos) en una rueda de prensa tras participar en la III Cumbre de Seguridad Nuclear.

"Nos tenemos que asegurar que recibe (Inslee) todos los recursos que necesita (...). La Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército también ha sido enviado a ayudar", ha explicado Obama.

Las tareas de rescate se ven ralentizadas porque el terreno está inundado y este martes un voluntario resultó herido aunque no de gravedad debido a estas duras condiciones. Además, se preven nuevas lluvias para los próximos cuatro días que podrían provocar nuevos desprendimientos