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Los ciudadanos prenden la mecha en Gamonal para pedir a los políticos que les escuchen

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Los vecinos vuelven a concentrarse en el barrio de Gamonal

Los vecinos del barrio burgalés de Gamonal han conseguido frenar, al menos de momento, la construcción de un bulevar en la calle Vitoria. Las movilizaciones vecinales en este barrio son el resultado de un creciente descontento de los ciudadanos, que no se sienten representados por los políticos, aseguran los sociólogos consultados, y que ha cristalizado finalmente en la calle  para pedir al Ayuntamiento de Burgos que les escuche.

La protesta vecinal se dirige contra la inversión de ocho millones de euros en un bulevar en un momento de dificultades para las familias, después de haber logrado ya en otra ocasión, en 2006, la paralización de las obras de un aparcamiento en el mismo barrio. Los disturbios que por el momento se han saldado con 46 detenidos, de los que cinco permanecen en prisión, han multiplicado después la repercusión de los acontecimientos.

El profesor de Sociología de la Universidad de Burgos, Pedro Ojeda, cree que los españoles han hecho "dejación de ciudadanos", lo que ha generado una fractura que ahora "se debe corregir”, señala.  Lo que sucede en Gamonal, añade Ojeda, “es una suma de razones históricas que han explotado y eso puede suceder en cualquier parte de España”.

La movilización en Gamonal ha trascendido lo ideológico y los vecinos se han expresado de forma unánime, señala el sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid, Fermín Bouza, que asegura haberse sorprendido por la "unanimidad" del discurso vecinal.

Este movimiento ciudadano no se distingue en esencia de otras movilizaciones sociales, como las plataformas de afectados por participaciones preferentes y las creadas contra los desahucios, porque “la ciudadanía está activa”, afirma el profesor de Estructura Social de España, de la Universidad Complutense Marcos Roitman.

En los últimos años se ha ido “imponiendo” el discurso de que la ciudadanía no se mueve, pero “la gente se está movilizando, y se moviliza diariamente”, continua el profesor de la universidad madrileña.

En este sentido, Roitman se muestra convencido de que la gran mayoría de los ciudadanos españoles han sabido de la existencia del barrio de Gamonal después de haber estallado este conflicto y que otras muchas movilizaciones no pasan por "el colador de la actualidad" porque solo se hacen visibles en los medios "un 5% de las manifestaciones", añade.

Las desigualdades

Sin embargo, la movilización de Gamonal, como tantas otras que habitualmente no trascienden de la prensa local, no es “un episodio baladí, que surge en un determinado momento bajo unas determinadas circunstancias”, advierte Mª del Rosario Hildegard, investigadora del grupo de Estudio sobre tendencias sociales de la UNED.

Los acontecimientos en este barrio de Burgos son como la montaña que en verano tiene una alta posibilidad de incendio y arde. La “agudización de las desigualdades sociales", con un paro juvenil cercano al 60% “está llegando a la población, todo el mundo tiene familiares que lo están pasando mal”, explica la profesora.

Problemas como la corrupción, que ha pasado a ser la segunda preocupación para la población española, según la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y se dan una serie de problemas que hacen que la población española “esté al límite de resistir de una manera pacífica”.

El profesor de la Universidad Complutense coincide con Hildegard en señalar una quiebra del estado del bienestar social, un aumento de las desigualdades que ha generado el “descontento, la falta de credibilidad y la desafección de quienes no se sienten representados”.

Un “resquebrajamiento” social que se palpa en la falta de perspectivas de los jóvenes, “que sienten que no tienen futuro ni expectativas si no se van de España y que están dispuestos a trabajar en lo que sea”, explica Hildegard.

La falta de esperanza de los jóvenes viene a sumarse a hechos reales como el aumento de los ciudadanos españoles sin hogar, mientras aumenta la riqueza de las grandes fortunas. En caso de que no se tomen las riendas para evitar un aumento de las desigualdades, alerta, “esto puede convertirse en una sociedad darwinista, del sálvese quien pueda”, lo que dejaría fuera a la mayoría de la población, continua.

El profesor de la Universidad de Burgos, Pedro Ojeda, va más allá y señala la necesidad de “un nuevo tipo de políticos”, alcaldes que “hablen con los vecinos afectados y no con grandes asociaciones de vecinos que suelen tener intereses políticos”.

El caldo de cultivo

El movimiento 15M ha sido en este sentido un ejemplo de que hay una conciencia de los ciudadanos para “juntarse en plataformas” para defender sus derechos. “Son los ciudadanos los que tienen que pedir la democracia”, añade Ojeda, que se muestra partidario de una “democracia ciudadana”, y pone como ejemplo a los países anglosajones donde es más habitual que se celebren consultas para dar su opinión sobre cualquier tipo de decisión que les afecte.

Bouza coincide con Ojeda en poner como ejemplo la política local en  Reino Unido, donde siempre “se conecta con los ciudadanos” en cualquier  decisión. Finalmente el alcalde de Burgos ha tenido “un ataque de sentido común”,  pero “no se tenía que haber llegado” a la situación actual, añade.

La ciudadanía no actuaría como lo ha hecho en Gamonal frente una obra costosa, si hubiera una “situación normalizada”, en un barrio obrero como este con “problemas serios” en materia de servicios sociales que están sufriendo las familias. Desde luego, la reacción “no hubiera sido igual en el barrio de Salamanca de Madrid”, continúa explicando la profesora de la UNED.

Lo ocurrido en este barrio burgalés “nunca sucederá en un ayuntamiento en que el alcalde baje a la calle y hable con los vecinos”, asegura el profesor Ojeda para quien la violencia no es justificable pero “se puede explicar cuando no hay capacidad de diálogo”.

La crisis económica en España se prolonga y si en algo coinciden los sociólogos es en que constituye el caldo de cultivo de comportamientos más primarios que tienen que ver con la desafección de ciudadanos que sienten que los políticos no defienden sus intereses.