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Un centenar de polícias y bomberos fingieron ser víctimas del 11-S para cobrar ayudas

  • La Fiscalía acusa a 106 exagentes de un fraude de 300 millones de euros
  • Los acusados presumían en las redes sociales de esa doble vida
  • Aparecen en fotos pilotando una moto acuático o en clases de artes marciales

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Indignación en Estados Unidos al descubrirse una trama de bomberos y policías que fingían ser víctimas del 11-S

Un policía jubilado que alegó que estaba muy afectado psicológicamente  para trabajar fue descubierto como profesor de artes marciales. Otro que  dijo que su depresión lo tenía tan debilitado que no podía salir de su  casa, pero fue fotografiado a bordo de un yate y un tercero que afirmó  que estaba incapacitado para relacionarse socialmente trabajba en un  puesto de postres italianos en un festival callejero.

Cerca de un centenar de policías y bomberos que colaboraron en Nueva York en las labores de rescate del 11-S estan acusados de fingir traumas de incapacidad. La trama de un fraude que ha costado a los contribuyentes casi 300 millones de euros se ha descubierto gracias a que los acusados mostraron en sus cuentas de Twitter y Facebook imágenes que demostraron que no sufren las incapacidades atribuidas para cobrar un seguro de cerca de 40.000 euros al año.

En las redes sociales, Gleen Lieberman, un policía jubilado, colgó una foto presumiendo de su moto acuática y mostrando  desafiante dos dedos hacia arriba. Richard Cosentino, otro policía que  decía no poder salir a la calle aparece en Facebook entusiasmado con el pez que había capturado en una de sus salidas en  barco.

El mayor fraude a la seguridad social

La noticia ha sorprendido e indignado a los estadounidenses que, con sus impuestos, han sufragado una mentira que se ha convertido en el mayor desfalco al sistema  federal de beneficios por incapacidad de la seguridad social en Estados  Unidos.

En total, la fiscalía del distrito de Manhattan ha acusado a 106 ex policías y ex bomberos de Nueva York de defraudar por millones de dólares a la seguridad social del país, al fingir problemas psiquiátricos asociados con los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En un comunicado, el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance, ha indicado que los cuatro principales acusados son personas que entrenaron a varios cientos de expolicías y exbomberos para simular supuestas condiciones psiquiátricas, con el fin de obtener beneficios a los que no tenían derecho.

"Durante años, los contribuyentes federales financiaron, sin saberlo, los estilos de vida de los sospechosos acusados hoy", afirmó Vance el pasado martes. Y añadió que el fraude despojó al fondo de incapacidad de recursos destinados a quienes en verdad sufren estrés postraumático, ansiedad o depresión clínica.

Una doble vida a costa de ayudas públicas

La fiscalía asegura que muchos de los acusados a menudo asentaron en sus solicitudes que rara vez dejaban sus hogares, que no viajaban y que prácticamente no tenían ningún contacto social con familiares y amigos.

Sin embargo, los documentos presentados ante los tribunales apuntan a que muchas de estas personas de hecho conducían coches, viajaban en avión, practicaban deportes recreativos y levantaban objetos pesados. Asimismo, muchos acusados estaban incluso empleados de tiempo completo en firmas de seguridad o empresas de inversión.

"En algunos ejemplos particularmente sorprendentes, un acusado pilotó un helicóptero, otro jugó al blackjack en Las Vegas, otro atendió un puesto de cannoli en el Festival de San Genaro en Manhattan, otro manejó una moto acuática y otro más enseñó y practicó artes marciales mixtas", señaló la fiscalía.