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Ban Ki-moon lamenta la muerte de los soldados de paz en República Centroafricana

  • Una nueva escalada de violencia en el país provoca la muerte de seis soldados
  • El miércoles, los enfrentamientos provocaron el caos en el norte de la capital
  • Más de 200 personas han resultado heridas en los últimos ocho días

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Soldados chadianos de la misión de la Misca patrullan las calles de Bagui, en República Centroafricana

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha lamentado este jueves la continuación de la violencia en la República Centroafricana (RCA) y la muerte de seis soldados de la fuerza la Unión Africana (MISCA).

Ban ha pedido a todos los partidos y ciudadanos que cooperen con las tropas de MISCA y los soldados franceses que les apoyan. "Su misión es ofrecer la seguridad que se necesita desesperadamente. No son parte del conflicto", ha afirmado el secretario general en un comunicado divulgado por su portavoz.

Los soldados chadianos de la misión de la Unión Africana en el país (MISCA) murieron en una emboscada perpetrada por las milicias cristianas y antigubernamentales "Antibalaka" en la capital del país, Bangui.

Gran parte de la población de la República Centroafricana, mayoritariamente cristiana, rechaza la presencia en el país de los soldados chadianos de la MISCA, a quienes acusa de complicidad con los exrebeldes de Séleka (grupo musulmán), que derrocaron con un golpe de Estado al expresidente François Bozizé el pasado 24 de marzo.

Ban ha recalcado su aprecio por los esfuerzos del personal de Naciones Unidas que trabaja "en circunstancias extremadamente difíciles" para ayudar a la población del país africano, y ha señalado su compromiso con su seguridad.

El secretario general ha vuelto a pedir a las autoridades de transición en el país que asuman sus responsabilidades y sometan a los responsables de fomentar y cometer la violencia intercomunal, y ha reiterado que "los responsables de atrocidades deben responder" ante la justicia.

Ban Ki-moon también ha señalado su satisfacción por los llamamientos de la paz de líderes religiosos, tanto cristianos como musulmanes, y ha confiado que otros líderes "en todos los niveles darán más fuerza a este mensaje".

Nueva jornada de violencia en le país

Desde el pasado miércoles, al menos diez civiles han muerto en distintos enfrentamientos en la capital. Los enfrentamientos entre milicias rivales en el país han provocado ya más de 200 heridos y miles de desplazados en los últimos seis días, según datos de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF).

Además de los seis soldados fallecidos, la violencia ha producido también la muerte de otras 10 civiles. ”Una docena de cuerpos fueron recogidos por la Cruz Roja" en la morgue del Hospital Comunitario de Bangui, el hospital principal de la ciudad, ha informado una fuentes del hospital a AFP bajo condición de anonimato que también ha informado que se han registrado 46 heridos por balas o cuchillos

Este miércoles, un incendio de origen indeterminado aunque posiblemente causado tras una serie de explosiones provocó el pánico en distritos del norte de la capital cercanos al aeropuerto, vigilada por tropas francesas y diversos contingentes la misión de la Misca. El frenesí de violencia de los dos últimos días en Bangui ha alimentado los temores de que República Centroafricana pueda descender a una guerra escala comparable al genocidio de Ruanda de 1994.

Ante el incremento de la violencia, las dos principales autoridades religiosas del país, el arzobispo de Bangui, Mons. Dieudonné Nzapalainga, y el imán Omar Kobine Layama, han hecho un llamamiento a la ONU para que despliegue "urgente" de una fuerza de paz en este país, conforme a un artículo publicado en el diario Le Monde.

"La ONU debería acordar con urgencia el envío de tal fuerza", han escrito ambos líderes en la edición del diario francés fechado el pasado viernes. "Si bien las fuerzas francesas (1.600 soldados) y las de África (4.000 hombres presentes) dieron a nuestro país la posibilidad de un nuevo comienzo, el progreso es frágil, y las tropas no puede soportar esta carga por sí sola", escriben.

El estallido de la crisis

La crisis de la República Centroafricana comenzó el pasado 24 de marzo, cuando la capital fue tomada por los rebeldes de Séléka, que asumieron el poder en el país tras la huida de Bozizé al exilio, y se formó un Gobierno encabezado por Djotodia. Varios líderes religiosos han dado la voz de alarma sobre los abusos cometidos por los milicianos del 'Seleka' después de que quemaran iglesias, saqueara y mataran a numerosas personas durante su marcha hacia el sur de la capital a principios de este año. La violencia ha provocado el desplazamiento de alrededor de 700.000 personas y la muerte de más de 1.000 desde entonces hasta ahora, según Amnistía Internacional.

En reacción se produjo la formación de grupos de autodefensa 'Anti-Balaka', contrarias a las del 'Seleká', y un recrudecimiento de sus ataques especialmente desde el pasado día 5 de diciembre. Muchos, no obstante, en el país insisten en que el origen de los enfrentamientos tienen poco que ver con la religión, en un país donde los musulmanes y los cristianos han vivido durante mucho tiempo en paz. En su lugar, culpan a una batalla política por el control de los recursos en uno de los estados de África más débiles, divididos además por cuestiones étnicas y por la intromisión extranjera.

"Llevamos a cabo estos ataques porque nos han invadido extranjeros de Chad y Sudán ", comentaba a Reuters Hércules Bokoe, miembro de la milicia 'Anti-Balaka', quien añadía que el objetivo de su grupo es puramente político: luchar contra el líder 'Seleka', Michel Djotodia, instalado como presidente interino.

Intervención francesa

La violencia entre las dos facciones ha causado ya centenares de muertos en el país centroafricano, y ha provocado la huida de sus casas de cientos de miles de personas. La última oleada de violencia comenzó el 20 de diciembre, después de varios días de calma debido al despliegue de soldados franceses para desarmar a las milicias.

La Misca es la misión habilitada por la Unión Africana y cuenta con cerca de 4.000 hombres desplegados, que actúan junto al contingente enviado por Francia para tratar de detener la crisis. En ese despliegue, Chad es el primer aliado de Francia para tratar de devolver la seguridad y la paz al país, al que Francia desplegó 1.600 militares a principios de diciembre en virtud de un mandato autorizado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Los 850 soldados chadianos de ese contingente militar, que cuenta con un total de 4.000 uniformados, han sido acusados recientemente de varios incidentes, entre ellos de colaborar con los exrebeldes del grupo Séléka, que derrocaron con un golpe de Estado al presidente François Bozizé el pasado 24 de marzo.