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Al menos 60 muertos en diversos enfrentamientos sectarios en República Centroafricana

  • Los choques entre musulmanes y cristianos han aumentado en los últimos meses
  • Francia presiona en el Consejo de Seguridad de la ONU para una intervención

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Hospital de la organización Médicos Sin Fronteras en Batangafo, en el noroeste de la República Centroafricana.
Hospital de la organización Médicos Sin Fronteras en Batangafo, en el noroeste de la República Centroafricana.

Alrededor de 60 personas han muerto en los últimos días en diversos enfrentamientos sectarios entre milicias los locales y miembros de los exrebeldes del Seleka en República Centroafricana mientras Francia insiste en mantener la presión para conseguir una intervención internacional en el país africano.

El pasado lunes, milicias de autodefensa locales,  conocidas como "antibalaka " o anti- machetes, atacaron un puesto de la milicia del Seleka en el pueblo minero de Gaga, a unos 250 kilómetros al noroeste de Bangui matando a cuatro exrebeldes y atacando a musulmanes civiles.

Horas después, combatientes Seleka tomaron represalias contra los cristianos del pueblo, según han informado algunos testigos citados por Reuters. Pistoleros Seleka , muchos de ellos procedentes de los vecinos Chad y Sudán, han atacado en repetidas ocasiones varias iglesias y aterrorizado a las comunidades cristianas de la localidad.

Muchos de los heridos han sido trasladados al hospital de Yaloké. "Los combatientes del Seleka fueron de puerta en puerta. Era el terror total " explica por teléfono desde el hospital Raymond Kitivo, uno de los heridos en los ataques.

"Estamos a la espera de refuerzos, pero los distintos balances que hemos conseguido por los testimonios de los supervivientes de Gaga nos llevan a creer que hay más de 60 muertos", ha indicado a Reuters Judicael Kama , un funcionario de seguridad en Yaloké, una ciudad situada a 35 kilómetros de Garga.

Crecientes enfrentamientos sectarios

La semana pasada, otras 14 personas murieron en distintos choques entre musulmanes y cristianos en la ciudad oriental de Bangassou.  Los enfrentamientos sectarios se han repetido en los últimos meses desde que los rebeldes del norte del Seleká, de mayoría musulmana, tomaron la capital Bangui y expulsaron al presidente Francois Bozize.

El presidente transitorio, Michel Djotodia,  ha disuelto al grupo rebelde, pero su gobierno ha fracasado en la misión de detener la violencia, lo que ha llevado a Francia a presionar en el Consejo de Seguridad de la ONU para conseguir una intervención internacional que reestablezca el orden.

Paris, que intervino con tropas a principios de este año en la misión para derrocar a los rebeldes islamistas en otra de de sus ex colonias africanas, Mali , ha mostrado recientemente su interés a involucrarse directamente en la crisis centroafricana.

"Francia está decidida a no olvidarse de la República Centroafricana", comentó este domingo ministro de Exteriores francés Laurente Fabius , de en la capital Bangui el pasado domingo. "Una segunda resolución antes de diciembre permitiría la suma de más tropas a la misión MISCA , con el apoyo de Francia ". Funcionarios de la ONU y grupos de derechos humanos han advertido que tanto Seleka como sus oponentes pueden haber cometido crímenes de guerra.