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Aitana Sánchez-Gijón y Asier Etxeandía protagonizan 'La Chunga' de Vargas Llosa

  • Aitana Sánchez-Gijón y Asier Etxeaindía lo dan todo en sus papeles
  • Joan Ollé dirige el montaje hasta junio en el Teatro Español
  • Una historia de lucha de sexos, dominación y rechazo del amor

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La Chunga y Mechita pasan juntas una noche. Lo que hicieron o no despierta la líbido de los hombres.
La Chunga y Mechita pasan juntas una noche. Lo que hicieron o no despierta la líbido de los hombres.

El Teatro Español acoge La Chunga de Mario Vargas Llosa,  una obra escrita en 1986 que tan sólo se representó en España en una ocasión: en 1988 con Nati Mistral, Emma Suárez y Pepe Sancho en el Teatro Espronceda.

El montaje que ahora podemos está dirigido por Joan Ollé y protagonizada por Aitana Sánchez-Gijón, Asier Etxeandia, y la joven  Irene Escolarelogiada por trabajos como el Agosto deTracy Letts que en 2010 montó el CDN.

También nos brinda la oportunidad de ver al magnífico intérprete argentinoTomás Pozzi,  a quien pudimos ven en Madrid en obras de Claudio Tolcachir y en una peculiar versión de Las criadas, en la que travestido de mujer encarnaba a la señora.

Esta primera entrega forma parte de un ambicioso proyecto puesto en marcha por Natalio Grueso (responsable de los espacios escénicos del Ayuntamiento de Madrid) para ofrecer toda la obra teatral del Premio Nobel de Literatura 2010.

De este montaje, el autor -que ha visto innumerables versiones en todo el mundo de su obra- asegura que es una puesta en escena que enriquece su obra. En cuanto a Aitana Sánchez-Gijón, ha afirmado -en declaraciones a TVE- que su trabajo es "insuperable".  "Ha conseguido metamorfosearse en un personaje muy diferente a los que suele interpretar"

Una mujer en un mundo de hombres

El drama sitúa la acción en 1945 en el viejo bar que regenta La Chunga, en un barrio marginal de Piura (Perú) donde cuatro amigos beben y juegan a los dados.

Uno de ellos,  Josefino (Asier Etxeandia) pierde gran cantidad de dinero y ofrece en prenda su acompañante Meche (Irene Escolar) -una joven e ingenua muchacha- a La Chunga (Sánchez-Gijón) que se había quedado prendada de ella.

Ambas suben a la habitación de la dueña del bar y nunca más se sabe de la joven.  Sobre esta trama se van sucediendo las especulaciones de unos y otros sobre lo sucedido, sus imaginaciones y sus temores. Lo cual originará crudas escenas de dominación de La chunga hacia Meche ("repite: soy tu esclava y ahora quiero ser tu puta"). O la violación de La chunga por parte de Josefino, que concluirá cuando ella le escupa su propio semen.

La Chunga, es en palabras de Sánchez-Gijón, "una mujer endurecida por la vida" que se desenvuelve en un mundo de hombres hasta el punto de convertirse casi en "otro hombre". En ese contexto, grita al mundo: "yo no soy horrible, el mundo es horrible"o "no quiero ser bella, entonces nadie me respetaría"

De hecho, como explicaba Vargas Llosa a TVE, el tema central del drama es "la peste del machismo" que impera "en el tercer mundo pero a veces también presente en el primer mundo"

Y la responsabilidad que tienen las mujeres en esa situación. El personaje de Sánchez-Gijón considera que la mayoría de mujeres son estúpidas por seguir con docilidad a los hombres (como Meche). Por eso ella se ha construido su poderosa coraza.

La historía es también el cómo una noche, se abrió una fisura en esa coraza de La chunga, al aparecer Meche. Ella inmediatamente la quiso cerrrar pero esa cicatriz la dejó como vemos al final de la obra, muerta en vida.

En La Chunga, Vargas Llosa, realiza un sutil trabajo mezclando la realidad y la fantasía aplicadas al carácter del ser humano, de lo que anhela, se imagina y la realidad que le rodea, la verdad o la mentira y como él mismo define: “el teatro no es la vida, si no el teatro, es decir otra vida, la de mentiras, la de ficción”.

La palabra "amor" desterrrada del alma

"En pocas palabras, LA CHUNGA  podría ser una historia de prostitución entre mujeres. Por más que la pupila reclame -como una perrita infiel- la protección de su dueña, ésta no debería enamorarse  o compadecerse de ella. Y más cuando se ha jurado que nunca volvería a ceder ante ninguna de las máscaras del deseo, ya que esto significaría perder la guerra". Así resume la historía Joan Ollé (Barcelona, 1955), responsable del montaje que ahora podemos ver en el Español.

Ollé ve como una especie de "música de fondo", la presencia de los demás personajes masculinos: "cuatro inconquistables (el cafiche, el romántico, el 

pedófilo, el onanista) que  juegan a dados, a canciones y a navajas mientras imaginan, sacando a pasear a sus más  sucios fantasmas, qué pudo pasar 

aquella noche y en aquella habitación entre la Mechita y Chunga"

Para el director teatral "tal vez la palabra amor no tenga entrada libre en este barecito destartalado de los arrabales de Piura ni en el alma de  aquellos que (...) lo frecuentan, pero sí la inútil nostalgia de aquello que pudo ser" Y también, concluye, "la soledad, una desesperada y espantosa soledad", dibujada magistralmente en esta obra que podemos ver en la sala principal del Teatro Español hasta el 16 de junio.