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El Teatro Fernán Gómez recupera 'La hostería de la posta' una olvidada comedia de Goldoni

  • José Gómez dirige a 5 jóvenes actores en su debut como director
  • Una comedia de enredos que reflexiona sobre el papel de la mujer
  • Un montaje muy austero que pone el acento en la expresividad actoral

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Fue en los años 1950 cuando se redescubró a Goldoni que ahora llega al Teatro Fernán Gómez-Centro de Arte
Fue en los años 1950 cuando se redescubró a Goldoni que ahora llega al Teatro Fernán Gómez-Centro de Arte

Carlo Goldoni, amigo de Voltaire, está considerado el padre del teatro moderno en Italia, como lo fue su admirado Molière en Francia un siglo antes. Como explica José María Flotats -en una carta lacrada que se entrega ahora al público que va a ver La hostería de la Posta al Fernán Gómez (es todo un detalle)- Goldoni es un autor poco representado en España.

Por eso, y por la obra en sí -breve y llena de ingenio- es una buena noticia que José Gómez -recién graduado en la RESAD- la haya elegido como ópera prima para su debut en la dirección teatral. Podemos verla, interpretada por 5 jóvenes y expresivos actores, hasta el 11 de noviembre en la Sala 2 (la pequeña) del Teatro Español.

La historia gira en torno al típico enredo dieciochesco de una joven que no conoce al pretendiente que ha elegido su padre (Conde Ripalunga) y se lo encuentra en la posta pero sin saber quien es él.

Pululan alrededor de ellos otro pretendiente (barón Talismani) que no le cae mal a ella pero al que tampoco ama, y el ligón teniente Malpresti, que además de interesarse por la buena mesa y la compañía femenina, ayuda todo lo que puede a su amigo, el conde Ripalunga. Además del padre de la protagonista.

Un espectáculo fresco y 'humilde de medios'

Todo el enrevesado planteamiento y el feliz desenlace tienen lugar en tan solo una hora. Sobre un escenario desnudo en el que los actores solo están ayudados por el vestuario de época (pelucas, levitas) en el que la imaginación también ha ayudado. Hay que destacar el pantalón de chándal remangado del vestuario del despistado criado, encarnado por Chema Rodríguez Calderón. Aunque en el XVIII, no existiera esta prenda queda perfecto.

Tampoco es mala ayuda la presencia de la violinista Diana Valencia, que con piezas de época, da continuidad al espectáculo,

Como lo ha definido Flotats se trata de un espectáculo "fresco, humilde de medios y rico de afección". La afección de toda la compañía que se nota sobre las tablas.

Este planteamiento escénico pone en valor el trabajo interpretativo de los actores y un texto que se ha adaptado a los tiempos actuales sin perder ingeniosidad ni vulgarizar el lenguaje.

Todos los intérpretes están enérgicos, expresivos y naturales. Y hay que destacar el trabajo de Ana Mayo, que da dulzura y carácter a su condesa; al fin y al cabo, una joven que en esa época quiere tomar las riendas de su vida, debe tener fuerte personalidad. Y el de Borja Luna encarnando al un tanto tosco pero vitalista y leal teniente Malpresti.

Su poderosa voz y sus movimientos encarnando a un militar que quiere trasladar la acción a todos los momentos de su vida, llenan el escenario.