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Se reedita 'La Cosa del pantano', el salto al estrellato de Alan Moore

  • La serie acumuló numerosos premios e hizo al cómic más adulto
  • Y moore encabezó una oleada de guionistas británicos en EE.UU.

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Viñetas de 'La Cosa del pantano', de Alan Moore, Steve Bisette y John Totleben
Viñetas de 'La Cosa del pantano', de Alan Moore, Steve Bisette y John Totleben

La Cosa del Pantano (Planeta DeAgostini), de Alan Moore, es uno de los mejores cómics americanos de la historia, uno de los más premiados y además el inicio de una nueva época, en el mundo del cómic, por dos razones.

La primera, significó el desembarcó de Alan Moore en Estados Unidos, como punta de lanza de una generación de guionistas británicos que crearían historias más adultas y tramas más complejos, dando lugar a obras como Watchmen, del propio Moore, o Dark Night de Frank Miller.

El género del terror experimentaría una revolución, con historias más oscuras pero también más intensas e interesantes. No olvidemos que John Constantine (Hellblazer) nació como un personaje secundario de la etapa de Moore en esta colección. La línea de Vértigo (con títulos imprescindibles como Sandman o Predicador), no existiría sin La Cosa del pantano y Alan Moore.

Y ahora Planeta de Agostini reedita esta etapa, al completo, en tres estupendos volúmenes.

Si no te convence el personaje: ¡Mátalo!

La cosa del pantano fue creada en 1972 por el guionista Len Wein y el dibujante Bernie Wrightson, que realizaron una decena de números que ya son clásicos del cómic. En ella nos contaban la historia de Alec Holland, un científico que era asesinado en el pantano, envuelto en productos químicos, y regresaba a la vida como un monstruo.

Pero cuando abandonaron la colección esta languideció enseguida hasta desaparecer. Y no habría resucitado si no fuese por Wes Craven (Pesadilla en Elm StreetScream) que se empeño en hacer una película sobre el personaje (bastante floja, todo hay que decirlo)

Pero no podía haber una película sobre un personaje que no tenía colección, así que la Cosa volvió al pantanoso terreno de los cómics en una serie bastante correcta. Pero a la altura del número 20, Len Wein decidió contratar a un guionista que estaba despuntando en Inglaterra, con series como Miracleman o V de Vendetta (Aunque no había terminado ninguna de ellas).

¡Y lo primero que hizo Moore fue matar al personaje!

Una lección de... como hacer un cómic

Tras matar al personaje en el primer episodio, Moore decidió empezar de cero e hizo una autopsia literal y figurada de la Cosa del Pantano.

En "La lección de anatomía", su segundo cómic, sentó las bases para lo que sería la colección, un relato de terror pero también una historia de amor de la Cosa con el pantano y con su novia, Abby Arcane. Como el episodio que cierra este primer volumen, "El rito de la primavera", centrado en la relación de amor de los protagonistas.

Lo primero que hizo Moore fue despojar al personaje de sus órganos internos y con ellos de su humanidad. Aunque La Cosa del Pantano creía ser Alec Holland, se equivocaba. No se trataba de un hombre convertido en monstruo sino de mucho más, aunque su nuevo estatus en el Universo DC lo iríamos descubriendo poco a poco. Pero podemos asegurar que se convirtió en una auténtica fuerza de la naturaleza.

Y la colección entró en una parcela del terror que pocas veces se había estudiado antes, con episodios realmente espeluznantes, como esta Lección de anatomía. Pasó del terror gótico de los episodios de Len Wein al terror psicológico.

Aunque Moore sabía mezclar el horror con la defensa de la ecología, la crítica a las desigualdades sociales y otros temas de actualidad.

Imágenes que ya forman parte de la historia del cómic

Durante su etapa en La Cosa del Pantano, Moore se arriesgó a ir más allá en cada episodio, sin temer la caída en picado en lo ridículo. Y así consiguió llevar las historias hasta sus últimas consecuencias, como nunca antes se había visto en un cómic.

Para ello fueron fundamentales Steve Bisette y John Totleben, cuyo abigarrado dibujo, se compenetraba a la perfección con los mundos de pesadilla y los demonios interiores y exteriores de Alan Moore, consiguiendo páginas en las que la vegetación se adueña por completo de la escena y logrando imágenes absolutamente terroríficas, como los sueños de Abby, la novia de la Cosa del Pantano.

Un equipo creativo que tras unas primeras historias cortas se embarcó en una macrosaga, American Gothic en la que recuperó a casi todo el panteón de personajes sobrenaturales y mágicos del Universo DC, que estaban acumulando polvo, como Demon, El Fantasma, Dead Man, Zatanna y una nueva creación,  John Constantine, con el rostro de Sting y su sempiterna gabardina. Un secundario que enseguida tendría su propia colección.

Pero para leer esa saga tendremos que esperar al segundo volumen de esta estupenda recopilación de una de las mejores colecciones de la historia del cómic americano y que ya presagiaba otras obras fundamentales de Moore como Watchmen.