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Dimite el director de Inteligencia de EE.UU.

  • Se ha criticado su gestión tras los atentados fallidos de Detroit y NY
  • Ha comunicado a Obama que dejará el cargo el viernes 28 de mayo

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Dimite el director de Inteligencia Nacional de EE.UU.

El director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Dennis Blair, ha anunciado su renuncia al cargo, en un momento en que su labor ha sido puesta en tela de juicio tras los atentados fallidos de Detroit y Nueva York.

"Con profundo pesar he informado al presidente (Barack Obama) de que abandonaré el cargo de Director de Inteligencia Nacional a partir del próximo viernes 28 de mayo", ha dicho Blair en una declaración.

Blair, oficial retirado de la Marina, es el tercer director de Inteligencia, un puesto creado por recomendación de la comisión que investigó los atentados del 11 de septiembre del 2001 en EE.UU.

No dio detalles sobre las razones de su renuncia y rindió tributo a quienes le ayudaron en su trabajo durante los últimos años.

"No he tenido mayor honor o placer que conducir a estos notablemente talentosos hombres y mujeres de la comunidad de inteligencia. Cada día han trabajado de manera incansable para proporcionar apoyo de inteligencia a dos guerras e impedir un ataque a nuestro país", ha señalado.

En un comunicado emitido por la Casa Blanca, el presidente de EE.UU. ha agradecido a los servicios de Blair al mando de los servicios de inteligencia del país para los cuales trabajó "de manera admirable y efectiva en un momento de grandes desafíos para nuestra seguridad".

Como director de Inteligencia, Blair estuvo a cargo de la coordinación de 16 agencias gubernamentales dedicadas a la recolección de datos de inteligencia y lucha contra el terrorismo.

Críticas por el atentado fallido de Detroit

Un informe del Senado muy crítico atribuyó en buena medida a fallos en el Centro Antiterrorista de la Dirección de Inteligencia la responsabilidad a la hora de evitar el fallido atentado el día de Navidad contra un avión que cubría la ruta entre Amsterdam y Detroit.

Entonces, el estudiante nigeriano Faruk Abdulmutallab intentó hacer estallar un explosivo que llevaba oculto en la ropa interior.

Abdulmutallab conservó su visado para viajar a EE.UU. a pesar de que su padre, un banquero de Nigeria, hubiera comunicado a diplomáticos estadounidenses y agentes de la Agencia Central de Información (CIA) en Abuja su preocupación por las ideas extremistas del joven.

El nombre de Abdulmutallab se sumó a una lista de unas 560.000 personas sospechosas por actividades terroristas, pero la información sobre el joven no llegó al nivel para que el Departamento de Estado cancelara su visado.

Tras la publicación del informe del Senado, Blair emitió un comunicado en el que reconocía que "persisten barreras institucionales y tecnológicas que impiden el intercambio sin problemas de información" entre las distintas agencias.

A ello se suman otros reveses durante el mandato del alto funcionario, como la matanza en la base militar de Fort Hood (EE.UU.), donde el comandante de origen libanés Nidal Malik Hasan asesinó a tiros a 13 personas, o el intento de hacer estallar un coche bomba en pleno centro de Nueva York el pasado 1 de mayo.