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"El oso pirenaico necesita doblar su población para mantener la especie a largo plazo"

  • Así lo refleja Migel Mari Elosegi en su libro, "El oso pardo en los Pirineos"
  • Sólo quedan 20 ejemplares y Elosegi aboga por 40 para garantizar la especie
  • Actualmente sólo sobreviven dos machos de oso pardo autóctono del Pirineo

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'El oso pardo en los Pirineos'

La obra de Migel Mari Elosegi, patrocinada por la Obra Social de Caixa Catalunya y el Fondo para la protección de animales salvajes (Fapas), ahonda en la historia de una población que habitó casi la totalidad de la Península Ibérica, y que en la actulidad, además del Pirineo, cuenta con unos 120 ejemplares en la cordillera Cantábrica. El autor hace un esfuerzo especial en explicar los principales problemas que se dan a la hora de gestionar esta especie en un territorio en el que la ganadería ovina tiene gran fuerza, e intenta explicar cómo minimizarlos y sugiere por dónde podrían ir las cosas de cara al futuro en un intento de conservar esta especie.

Se estima que sólo quedan 20 ejemplares de oso pardo en el Pirineo, aunque es posible que habite alguno más. Son muy pocos para garantizar la viabilidad futura de la especie. Para ello debería doblar su población hasta "un mínimo de unos 40 ejemplares", como ha reconocido a RTVE.es, Migel Mari Elosegi, autor de "El oso pardo en los Pirineos", en el que se aborda la historia de este animal en los últimos siglos.

El número de osos existentes en el Pirineo se irá conociendo mejor con el tiempo, conforme se analicen debidamente los indicios que se recogen. Pero según Elosegi, "para que una población de cualquier especie prospere, se necesita una elevada variabilidad genética que garantice la supervivencia individual y su adaptabilidad a distintas cincunstancias, como enfermedades, atropellos, etc".

Se necesitan 40 ejemplares para asegurar la viabilidad de la especie

Si las estimaciones se cumplen, la población actual de osos puede aumentar en el futuro, incluso acercarse a esos 40 ejemplares que, según los expertos, pueden asegurar la viabilidad de la especie. No obstante, añade Elosegi, "visto lo sucedido estos últimos años con osos abatidos, atropellos, etc, probablemente hagan falta algunos ejemplares más para conservar la especie a largo plazo".

El oso pardo fue declarado especie protegida, tanto en Francia como en España, en la década de los 70, aunque la caza furtiva y presión humana -en medios rurales- acabaron por situar la especie al borde de la extinción. Por estos motivos, según Elosegi, "no se ha logrado establecer una población mínima viable".

Especie biológicamente extinguida

Actualmente sólo sobreviven dos machos de oso pardo autóctono del Pirineo. Si no se hubiesen translocado ocho osos eslovenos (2 en el 96, 1 en el 97 y 5 en 2006), probablemente sólo quedarían estos dos ejemplares, "que además son machos, por lo que la especie estaría biológicamente extinguida", reconoce el autor.

Además, la conservación de estos osos está muy condicionada por la presión social. Ante la situación conflictiva actual en algunos territorios, "lo mejor para la conservación de la especie es tender puentes con los afectados -como los ganaderos-, para que mejore el ambiente, porque soltar más osos sin el apoyo debido de la social local sería contraproducente", indica Elosegi.

El oso desaparece de los Pirineos por la presión humana

La sociedad tradicional de los Pirineos ha vivido de la ganadería y la agricultura durante siglos, y los depredadores son los enemigos. "Desde que nuestros antepasados aprendieron a domesticar algunas especies animales y se hicieron ganaderos, los lobos, osos, zorros, linces, etc. pasaron a ser nuestros enemigos", explica el autor del libro.

La media de ovejas que un oso puede matar al año es variable, pero se estima que puede causar entre 20 y 25 muertes anuales, sobre todo en rebaños donde apenas hay medidas de prevención, porque si se adoptan las necesarias, los daños bajan. Pero Elosegui asume que "si la sociedad quiere conservar los osos, debe pagar estos daños de manera justa y rápida".

Al igual que el dilema entre hombres y lobos, para lograr la supervivencia de esta especie, es necesario un acuerdo con los sectores afectados. "La clave para preservar el futuro de los osos es avanzar en el apoyo social para la conservación de esta especie", concluye Elosegui.