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La derecha húngara logra los dos tercios del Parlamento para acometer sus grandes reformas

  • En la segunda vuelta se ha confirmado la abrumadora mayoría del Fidesz
  • Ha prometido bajar impuestos, aunque está condicionado por el FMI y la UE

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Las elecciones en Hungría dejan un espectacular giro a la derecha

El partido conservador de la oposición Fidesz ha logrado una abrumadora victoria en la segunda vuelta de las elecciones legislativas, que le da luz verde a gobernar, con más de dos tercios de los escaños parlamentario, sin necesidad de negociar con otras fuerzas políticas.

El líder del Fidesz, Viktor Orban, ha calificado de "histórica" su victoria, y de "una verdadera revolución" el fuerte giro a la derecha que ha dado Hungría.

"Los húngaros crearon hoy una amplia unión nacional", subrayó el futuro jefe de Gobierno ante las cámaras de televisión tras conocerse el resultado de la votación de este domingo, la segunda vuelta de las legislativas que ya en su primera ronda, el pasado día 11, dejaron claro el triunfo de la derecha opositora.

Esta jornada se votaba únicamente en 57 de las 176 circunscripciones electorales donde hace dos semanas ningún candidato obtuvo mayoría suficiente, determinó sólo la amplitud de la victoria.

Dimisión de la dirección socialista

Según ha informado la Comisión Electoral Nacional tras escrutar el 97,5% de los votos, el Fidesz ha obtenido 263 de los 386 escaños del Parlamento húngaro (sube un 60%).

Por primera vez entran en la Cámara el partido de extrema derecha Jobbik, con 47 diputados, y los ecologistas del LMP, 16.

Tras permanecer en el poder durante los últimos ocho años, el gran perdedor ha sido el gobernante socialista MSZP, que pasa a la oposición y reduce sus escaños a 59 asientos, de los 190 que tenía.

Tras confirmarse la grave derrota, la presidenta del MSZP, Ildikó Lendai, ha anunciado su dimisión y la de toda la dirección del partido.

Los socialistas han sido castigados por los drásticos ajustes que se vieron obligados a introducir para recibir un apoyo internacional de 20.000 millones de euros en el 2008 con el fin de salvar el país de la bancarrota.

Programa electoral

En su campaña electoral, Orbán prometió reducir los impuestos, incrementar la competitividad del país, y no continuar con la política económica del independiente Gordon Bajnai, pero los observadores estiman que el nuevo gabinete tendrá poco espacio para introducir profundos cambios.

Respecto al préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Unión Europea, Orban considera necesario renegociar ciertos aspectos, ya que no será posible mantener limitado el déficit presupuestario al 3,8%, pronosticado para este año.

De todas formas, con la mayoría de dos tercios en el Parlamento, el Fidesz podrá adoptar fácilmente las reformas que propugna, como la reducción del número de representantes de la asamblea unicameral, la reforma del sistema administrativo, la ley sobre los medios de comunicación pública, y la de la posible ciudadanía de los húngaros que viven como minoría en los países limítrofes.

La crisis y el descontento popular no sólo fortalecieron al Fidesz, sino que también a los ultraderechistas del Jobbik, liderados por el joven Gabor Vona, que han sabido aprovechar el descontento de la población para aumentar su popularidad con un discurso populista, racista y antisemita.

Estas elecciones, las sextas desde la caída del telón de acero, ya cambiaron el mapa político del país, puesto que en la primer vuelta quedaron fuera del Parlamento los dos motores de la transición del comunismo a la democracia: los liberales de la Alianza de Demócratas Libres y los conservadores del Foro Democrático.

El presidente de la República, László Sólyom, responsable de encargar la formación del nuevo Ejecutivo, ha prometido acelerar el proceso para que el país cuente cuanto antes con un nuevo Parlamento y Gobierno en funciones.