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'Nuru', un pequeño caballo salvaje de Mongolia

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Mirar un caballo salvaje de Mongolia es como mirar al pasado. Es un viaje en el tiempo que te sitúa en el Pleistoceno. Lleva en la Tierra desde entonces y está en serio peligro de extinción. Pero acaba de nacer uno en el zoo de Londres. Se llama 'Nuru'.

Estos caballos son salvajes, salvajes de verdad. El resto de los caballos silvestres del mundo actual son domésticos que han vuelto a la naturaleza. Este de Mongolia conserva los genes de los caballos salvajes, de hecho viven desde el Pleistoceno.

Su apariencia física lo evidencia. Son más bajitos de lo habitual en los caballos, fuertes, robustos, con las patas cortas y la cabeza grande. El pelo es castaño amarillento, más clarito en la zona del vientre y más oscuro en las patas. Las crines están siempre de punta, como una cresta y una línea negra recorre su columna vertebral hasta la cola. Sus ojos llaman mucho la atención porque son achinados.

El pequeño 'Nuru' apenas tiene un mes de vida, es más clarito y sus crines son todavía oscuras. De hecho no tiene casi crines. Eso sí, ya trota y tiene energía para repartir.

Estos caballos salvajes también se llaman caballos de Przewalskipferd por su descubridor. Los descubrió en 1879 y un siglo después el caballo había desaparecido de la naturaleza y solo existía en los zoológicos. La hibridación con los caballos domésticos y enfermedades contagiosas son sus principales amenazas.

En los años 90 nacieron numerosos proyectos de recuperación, pero a pesar de los esfuerzos la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza calcula que no debe haber más de 50 ejemplares libres.

Queda mucho por hacer para que este precioso prehistórico vuelva a cabalgar por las estepas de Mongolia.

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