Documentos TV. "Europa, cuerpos en venta"

Bodas 'exprés' para burlar la ley

"Tengo que decirles que lo que vamos a hacer no es legal, pero hemos realizado cerca de 1.600 trasplantes en los últimos años. Y sólo se ha producido una muerte", afirma sin tapujos uno de los traficantes reconociendo su participación en, al menos, 1.600 trasplantes ilegales realizados sin ningún control sanitario ni administrativo.

“"Lo que vamos a hacer no es legal, pero hemos realizado cerca de 1.600 trasplantes en los últimos años. Y sólo se ha producido una muerte"“

Pero "Europa, cuerpos en venta" muestra también otra realidad, la de aquellos a los que les "roban" un órgano sin su consentimiento, como a Ludmila, que se sometió a una operación sin ninguna relación con los riñones y al poco tiempo supo que, aprovechando que la abrían, le habían extraído uno de ellos que, además, estaba completamente sano.

Una de las prácticas más habituales para burlar las leyes de los países europeos, es presentar papeles que certifiquen el parentesco cercano entre donante y receptor. Suelen buscar que la donante sea mujer y que tenga el mismo grupo sanguíneo que el comprador, realizan una boda rápida y así esquivan a la policía. 50.000 euros por la operación y 20.000 por organizar el matrimonio. Para muchos, se trata de una práctica muy similar a la prostitución.

Zis, el 'cirujano negro'

Mijail Zis es un cirujano israelí de origen ucraniano conocido como "el cirujano negro". Fue detenido y acusado de traficar con órganos humanos en hospitales europeos utilizando historias médicas falsas. Él no niega los trasplantes, pero mantiene que los realizaba dentro de la legalidad, que cobraba entre 1.500 y 2.500 euros por cada uno y que, posteriormente, pagaba los impuestos correspondientes. Sin embargo, la policía le descubrió una cuenta corriente en EEUU con más de millón y medio de euros.

Otros contactos mantenidos durante la elaboración del documental llegaron a pedir a los supuestos compradores un depósito de 50.000 euros en una cuenta más 60.000 en efectivo y otros 20.000 antes de la operación. En total 130.000 euros por un órgano de alguien a quien la necesidad o las amenazas han llevado a vender parte de su cuerpo y por el que puede haber recibido menos de 2.200 euros. Un negocio redondo e ilegal penado con siete años de cárcel y una multa de 100.000 euros.