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Londres y Dublín intentar frenar la crisis política en el Ulster

  • Segunda día de conversaciones para salvar el acuerdo entre unionistas y republicanos
  • Hillary Clinton, muy informada de las negociaciones, podría intervenir como mediadora

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El primer ministro británico, Gordon Brown, saluda a su homólogo irlandés, Taoiseach Cowen a las puertas de Downing Street.
El primer ministro británico, Gordon Brown, saluda a su homólogo irlandés, Taoiseach Cowen a las puertas de Downing Street.

Los primeros ministros de Reino Unido, Gordon Brown, e Irlanda, Brian Cowen, han iniciado este martes su segundo día de conversaciones en Belfast para intentar salvar el frágil acuerdo de poder compartido entre unionistas y republicanos en Irlanda del Norte. Según informa el diario The Times,  podría ser necesaria la intervención de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, para resolver la situación.

Brown y Cowen viajaron el pasado lunes a Belfast para ayudar al Sinn Fein y al Partido Unionista Democrático (DUP), que comparte el poder en el Ulster, a superar la disputa en torno a la transferencia de los poderes de policía y justicia de Londres a Belfast. "Están convencidos de que se pueden hacer progresos", ha indicado un portavoz de Brown.

El proceso de paz en Irlanda del Norte es visto como un modelo en todo el mundo y la escalada en la disputa entre el Sinn Fein y el DUP podría suponer un serio revés, especialmente para Brown, quien esta primavera se enfrenta a elecciones parlamentarias.

"La situación es seria, las cuestiones no podrían ser más serias en términos del futuro de las propias instituciones", ha reconocido por su parte el ministro de Exteriores irlandés, Micheal Martin, en declaraciones a la radio RTE.

"El primer ministro se reúne con el Taoiseach (el primer ministro irlandés) esta mañana, tras lo cual habrá reuniones con la dirección del Sinn Fein y la dirección del DUP posteriormente esta mañana", han explicado fuentes de la oficina de Brown.

Implicación de EE.UU.

La decisión repentina de los primeros ministros de intervenir personalmente da a entender que la situación política en el Ulster está al borde de la ruptura.  De hecho, este martes el ministro del Sinn Fein Conor Murphy, ha reconocido que la crisis es real y ha rechazado las acusaciones del diputado del DUP Sammy Wilson, que acusó a los republicanos de haber "ideado" la crisis.

"No es una crisis ideada. Si fuera ideada, dudo que estuvieran implicados el Taoiseach, el primer ministro británico y la posibilidad de que los americanos" también se impliquen, ha afirmado Murphy, en declaraciones recogidas por la BBC.

Según este dirigente del Sinn Fein, Washington está siendo informado de la situación y Clinton ha hablado con los participantes en las discusiones. Según el Times, que recoge estas mismas declaraciones de Murphy, fuentes del Departamento de Estado han confirmado que Clinton ha estado en contacto con las partes implicadas en las negociaciones.

El Sinn Fein, que en último término defiende que Irlanda del Norte forme parte de la República de Irlanda, reclama que la transferencia de los poderes de policía y justicia se haga lo antes posible y ha acusado al DUP de impedirlo. Por su parte, el DUP quiere que el Ulster siga siendo parte de Reino Unido y niega estar demorando la transferencia.

De cerrarse un acuerdo, daría a Irlanda del Norte su primer ministro de Justicia y supondría uno de los mayores cambios desde los Acuerdos de Viernes Santo de 1998 que pusieron fin a tres décadas de violencia en el Ulster que dejaron 3.600 muertos.