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Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal: casi quince años de la idea a la pantalla

  • Harrison Ford es el principal responsable de la idea de una cuarta entrega de Indy
  • M.Night Shyamalan o Frank Darabont hicieron guiones para una posible entrega
  • El desierto de Nuevo México, la jungla peruana o la selva de Hawai, escenarios naturales
  • Lucas, Spielberg y Ford se han comprometido a no cobrar hasta recaudar 400 millones

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Brindando por el rodaje de Indiana Jones

Habían pasado apenas cuatro años desde que se estrenase Indiana Jones y la Última Cruzada. Steven Spielberg daba por cerrado el capítulo de Indiana Jones, pero la energía, el entusiasmo y la persistencia de Harrison Ford logró que el equipo se reuniera de nuevo para emprender otra aventura.

"Harrison me llamó y me dijo: ¿Qué tal si hacemos una de esas películas?", recuerda Spielberg. "Es un hombre tenaz y llamó a George [Lucas]. A George no le disgustó la idea y me llamó: 'Bueno, Steve, ¿qué te parece? Podría ser divertido...'".

Pero los tres estaban de acuerdo en que sólo podían hacer una película a la altura de las tres anteriores. Se ha rumoreado que Lucas propuso una trama que incluía extraterrestres, pero que la trama no convenció a Spielberg, un especialista en la materia (E.T. Encuentros en la tercera fase,  Inteligencia Artificial...), y Ford.

Intentos fracasados de guión

M.Night Shyamalan (director de El sexto sentido) o Frank Darabont (director de Cadena perpetua) trataron de ofrecer versiones del guión que convencieran a la pareja Lucas-Spielberg, pero el encargado de la versión final fue David Koepp, que ya ha firmado en los guiones de Spider-ManMisión imposible o Parque Jurásico y que recogió ideas de las versiones anteriores.

El placet final al guión lo dio la pareja en 2005. Para entonces, ya sabían que Sean Connery no participaría en ella, por lo que el personaje de Henry Jones Sr. había desaparecido.

Sí estaba, en cambio, el personaje de Marion Ravenwood, interpretado tras casi 30 años nuevamente por Karen Allen. Al equipo se unió Shia LaBeouf  (Trnasformers) en el papel de una especie de James Dean aventurero que da la réplica a Jones y del que se ha rumoreado que tal vez fuera el hijo del arqueólogo.

Y, por fin, en julio de 2007, empezó el rodaje, tras años de rumores y expextativas. La primera parte del rodaje transcurrió en el desierto de Nuevo México. Desde Nuevo México, el equipo se trasladó a la Costa Este de Estados Unidos, a la Universidad de Yale.

Un rodaje en parajes exóticos

Algunas de las secuencias más complicadas transcurren en plena jungla peruana. "Se habla de Iquitos como la puerta del Amazonas", dice el guionista David Koepp. "Es la última ciudad antes de entrar en la jungla, la frontera entre la naturaleza salvaje y la civilización. Era el sitio ideal para el comienzo de esta nueva aventura".

Sin embargo, fueron rodadas en la Gran Isla de Hawai. Entre ellas, el duelo encima de un vehículo en marcha. Desde Hawai, se trasladaron al sur de California, donde rodarían en una docena de decorados de Universal.

De todos los decorados, hay uno que interesará sobre todo a los seguidores de Indiana Jones: el almacén donde en la primera entrega quedaba sepultada el Arca de la Alianza. Y ese es sólo uno de los guiños de la película a la trilogía que le precede.

Clausulas de confidencialidad

Para la cuarta entrega de Indiana Jones se ha contado con una moto Bobber para Mutt, pistolas AK47 y Tacarov para los rusos, numerosos floretes, muchos animales y otros objetos "indispensables". En esta ocasión, por cierto, sólo hay una serpiente, aunque se trata de una pitón.

Después de mucho tiempo de secretismo, incluyendo cláusulas de confidencialidad para que los actores no desvelasen detalles de la trama, hace unas semanas se conocieron a través de Internet algunos de ellos, incluyendo críticas no muy positivas de algunos espectadores. La recepción en Cannes parece acallar cualquier temor al fracaso de la empresa.

Que el trío de principales implicados en el proyecto espera un absoluto éxito en taquilla lo demuestra que se han comprometido a no cobrar sus emolumentos hasta que la película logre los 400 millones de dólares de recaudación.