La tripulación del Open Arms
"Llevaba diez años trabajando en el mar y pensaba en dejarlo. De pronto he recuperado mi vocación. Es un momento histórico y estoy, con mi trabajo, ayudando a rescatar personas que es algo que para mí tiene sentido y es justo. Soy de Cerdeña. Llevo viendo migrantes desde niño y cada vez les tratamos peor", relata.
"Es mi primera misión en el Mediterráneo. Estuve antes en Lesbos. Sentía la necesidad y la responsabilidad de volver. Creo que la diferencia es que allí ves tierra y aquí no hay nada en el horizonte. Es bastante la diferencia. Lo que me mueve no es tanto el trabajo como la indiferencia. No creo en las fronteras. Somos el primer atisbo de humanidad que estas personas ven en mucho tiempo."
"Es mi tercera misión. Soy periodista. Vine como voluntaria porque quería acercarme, ver y leer personas, no periódicos. De pronto me dije ¿Por qué no he venido antes? A veces te quedas como bloqueado. Con lo que estás viendo, que es de llorar, no te salen las lágrimas. A veces quieres contar cosas y no te salen las palabras y otras caes en frases que parecen tópicos pero es que son verdad. Bueno, es peor. Tienen situaciones verdaderamente desalentadoras".