La tripulación del Open Arms
En cada relevo de misión se dejan las mantas para lavar y se recogen las limpias para entregarlas a las personas que rescatan en perfectas condiciones. También se les da comida, agua y cuidados médicos si los necesitan.
"Es la primera vez que vengo aquí aunque antes estuve en Idomeni y en Lesbos. Empecé porque la situación me molestaba y ahora vuelvo por el runrún que se te queda ahí. No puedes quedarte quieto ante la barbarie que está sucediendo. Soy ingeniero de montes y trabajo en diseño gráfico y aunque no tenga un perfil especializado creo que puedo sumar, aportar y aprender. Para mí esto es un reto en todos los sentidos. Como valor destaco la empatía. Aquí tocas a las personas y te tocan. Te cambia la perspectiva. Mucho.", explica el socorrista.