Esta semana vamos al campo a conocer a jóvenes que se estrenan como agricultores profesionales. Antes de se dejaba el campo para ir a las fábricas, ahora la vuelta al campo es una alternativa real que funciona.
Conoceremos el caso de Roger, un joven con mucha energía y voluntad, que junto a su pareja han decidido traer la huerta al centro de la ciudad. Él trabaja básicamente en el campo, recuperando las tierras para nuevos cultivos de temporada que luego lleva a la tienda dónde está su chica. Tiene 26 años y se está poniendo al día a toda prisa para producir de forma ecológica y que las alcachofas vayan directas del campo a las cestas de sus clientes en el barrio. Lo que recoge por la mañana, por la tarde ya se puede comprar y eso es posible porque en el área metropolitana de Barcelona hay una huerta que apenas se conoce. Se trata de las tierras, muchas abandonadas, que gestiona el Parque Agrario del Bajo Llobregat.
Es un delta como el del Nilo que tiene un campo muy fértil y productivo que poco a poco van recuperando jóvenes con ganas de dinamizar el gremio de agricultores que ya tiene una edad. Volver al campo y convertirse en un agricultor profesional es una salida a la cola del Inem, los números a final de mes salen con esfuerzo y trabajo. Hay pequeñas asociaciones o cooperativas de nuevos agricultores que se ayudan mútuamente y hacen piña.
