Esta semana estamos presentes en la reunión de una asociación de víctimas del acoso laboral que busca orientar, apoyar y ayudar a estas personas que llegan buscando respuestas a sus situación. Porque pueden pasar años hasta que la persona afectada sea consciente y capaz de ponerle nombre a lo que le está pasando. El grado de culpabilidad es altísimo al principio porque cuesta aceptar que su situación laboral haya dado un giro de 360 grados cuando ellos siguen haciendo su trabajo con normalidad. Son realidades muy duras que también afectan a las relaciones familiares y sociales de la víctima, además de sufrir un deterioro importante de su salud. Pueden acabar con una incapacidad laboral permanente. A menudo, se trata de personas de mediana edad con pocas perspectivas de encontrar un nuevo empleo, sobre todo porque primero se tienen que recuperar del acoso sufrido.
