Esta semana entramos de lleno en la comunidad sorda para conocer su mundo. Un mundo que nada tiene que ver con el de los oyentes, como ellos nos llaman. El esfuerzo por integrarse que realizan los sordos a diario, y sus familiares desde que nacen, es titánico. Pero no es fácil porque al no poder oir, hay mucha información y conocimiento que se adquiere por el oído que a ellos no les llega al cerebro. Es información que para ellos no existe, no la oyen. Necesitan la ayuda de la tecnología, del lenguaje de signos y de la comunidad oyente para que se puedan integrar en un entorno pensado para para oyentes. Nos somos conscientes de que nosotros no hacemos lo suficiente para comunicarnos con ellos. No conocemos su mundo, la comunidad sorda y las barreras con las que se encuentran constantemente.
Los sordos son personas que tienen la misma capacidad intelectual, o más incluso, que los oyentes a pesar de que la mayoría no pueda hablar y sólo emita sonidos. Es una discapacidad invisible que no hace ruido pero que necesita de nosotros para convivir y compartir ambos mundos. Así nos lo transmiten unos y otros desde la asociación cultural de integración sordo oyente de Sevilla dónde pasamos un día conociéndonos.
