El séptimo vicio   Abbas Kiarostami 03/03/2012 59:57

Abbas Kiarostami cumplió con la cita y con su compromiso de dialogar en directo en Radio 3, en la sobremesa de este fin de semana. Rodeado de treinta alumnos venidos a Murcia de todos los países del mundo pudo hacer un hueco para dialogar, para contarnos que hasta cinco veces se fue a rodar fuera de su bellísimo país de Irán: salió a África para desvelarnos y mostrarnos el olvido de Occidente precisamente entre la población infantil del continente más vapuleado del planeta, marchó a la vieja Italia para filmar quizá su cuaderno más íntimo y su experiencia más amorosa y viene de Japón de relacionar los haikus con el pensamiento sufí. Kiarostami habla del sonido en su cine, uno de sus grandes y potentes recursos: "Es la banda sonora de la vida, uno se levanta por la mañana y está llenos de voces, palabras, música, de calle, de tráfico, de naturaleza... No concibo el cine sin un potente diseño de sonido..." y mientras habla recuerdo el plano de apertura de El sabor de las cerezas, palma de oro en Cannes en 1999, con la pantalla completamente en negro el espectador comienza a percibir algunos pequeños ruidos, cantos de pájaros, revuelo de aves, sonidos del amanecer que preceden a la luz. Está en directo y sus palabras parecen extraídas de uno de sus guiones, no le molesta cualquier pregunta pero le fascinan aquellas cuestiones que tratan del cine: la verdad de su cine, el cine dentro del cine, el uso del plano general y del plano secuencia en Dónde está la casa de mi amigo, la narrativa poética y la inspiración de la naturaleza en su cine, la proporción en el uso de actores profesionales junto a actores ocasionales, las barreras del ya mal llamado cine documental y la línea delgada con el cine de ficción. Ahí se le ve disfrutando pero tampoco esquiva cuestiones más comprometidas de los cronistas de El séptimo vicio, la impotencia de los cineastas iraníes ante la sacudida y la persecución de su gobierno: Los gobiernos temen aquello que no controlan, tienen miedo del cine porque no lo entienden, no saben, luego no se fían. Le trasladamos el cierto run run que la semana pasada recorría Madrid sobre la inminente intervención en Irán desde Israel, comentarios que pasaban por centros de opinión periodístico en la capital de España: No me diga eso -respondía Kiarostami- Occidente no puede cometer tantas torpezas, es sabido quienes se hayan acercado a nuestra historia que Irán es un pueblo de paz, ama el arte y la poesía, el cine y la delicada o sofistacada evolución de su pensamiento. Veo en Europa y América que se está haciendo ver a Irán como un enémigo poderoso y no es así. En todo caso (y recordaba a españoles como Pablo Picasso y Víctor Erice) no debería confundirse los pueblos con los gobiernos.

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