El bosque habitado   Después del fuego. Con Ignacio Abella 07/02/2016 58:55

Bienvenidos a un bosque habitado por la sorpresa, la perplejidad, la impotencia, el dolor, la pérdida y todas esas emociones que paisan@s y todos los concienciados, hemos sufrido recientemente con los horribles incendios deAsturias y Cantabria.

Desde una perspectiva etnobotánica, hace tiempo que se advertía ya la problemática creciente de los incendios que, a causa del cambio climático, la matorralización de los montes y los monocultivos de pino y eucalipto, amenazan con arrasar comarcas o regiones enteras.

Cierto que no imaginamos encontrarnos tan pronto con este escenario dantesco. Pero éste ha sido un simple aviso de lo que sucede cuando no se asume el buen gobierno de los montes como una cuestión urgente y prioritaria.

Para un diagnóstico certero de la situación, es importante saber cómo hemos llegado a este punto y cómo gestionaron los montes las generaciones que nos precedieron. Nuestros abuelos y abuelas jamás hubieran dado fuego al monte, en semejantes condiciones meteorológicas, por simple sentido común y responsabilidad. Incluso en los incendios controlados que practicaban hace unas décadas, se escogían días sin viento en los que el suelo húmedo o helado quedaba protegido y todo el pueblo estaba presente vigilando el fuego.

Antes de que comenzara la emigración masiva a las ciudades, las aldeas estaban tan pobladas que no sobraba ni una hierba en los montes. Todo era imprescindible para la supervivencia.

Sabemos que los grandes incendios corresponden, históricamente, a los parajes en los que la población no se ha sentido arraigada e identificada con el territorio. Y, como a río revuelto, ganancia de pescadores, es bueno reflexionar, descubrir qué podemos reaprender como tribu y como individuos. Así lo expresaba Ignacio AbellaCronista de los Árboles, en una carta publicada en La Nueva España y así vamos a intentar conocer la verdad eficaz y trascendente.

Y lo hacemos con Abella y la Comunidad del BosqueJosé y Bernabé Moya, Rosa Villalba, Fernando Fueyo, Mar Verdejo, Óscar Prada Campaña, José Plumed Raúl de Tapia. Y con indicaciones de Vandana Shiva y la Tribu Nutka de Norteamérica. Todo ello bajo la mágica influencia musical de Bosco y su trabajo “Una nueva hoguera”.

Hoy te pedimos que busques un rincón verde para pensar, que abras tu mente y tu corazón para ensanchar la mirada y el entendimiento y que adquieras conciencia de protección del suelo que nos acoge, conectando con tus raíces más ancestrales y respirando oxígeno, mucho oxígeno… Porque estás entrando en territorio habitado por mujeres y hombres protectores de lo vivo, pero territorio conmovido… Arriba las ramas!

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