El fusilamiento del dirigente comunista Julián Grimau (1911-1963), tras un consejo de guerra sin garantías jurídicas, constituyó un escándalo para el Régimen de Franco, cuando ya había ingresado en los organismos internacionales y empezaba a dejar atrás la autarquía. La oposición a la dictadura y la prensa de los países democráticos no dudaron en calificarlo de asesinato legal.
Julián Grimau: el último fusilado de la guerra civil, elaborado por Germán Sánchez, cuenta cómo fue aquel proceso en el que se juzgó al dirigente comunista por presuntos crímenes, acaecidos en la retaguardia de Barcelona, cuando era miembro de los servicios policiales de la República.
Este programa emitió por primera vez en una radio española la voz de Julián Grimau, cedida por el Archivo del Partido Comunista de España. En él intervienen, entre otras personas, su defensor, Alejandro Rebollo, que entonces era capitán del Cuerpo Jurídico del Ejército (con la llegada de la democracia fue elegido diputado) y tres miembros del PCE, ya fallecidos, que vivieron el caso Grimau en primera línea: el secretario general, Santiago Carrillo; Jorge Semprún, que realizaba labores clandestinas en España, y Domingo Malagón, quien proveía de documentación falsa a los miembros del partido para que pudieran moverse por el mundo.
Entre los testimonios históricos que se recuperan, están también los mensajes que enviaron, a través de Radio España Independiente, la presidenta del PCE, Dolores Ibárruri, y la esposa de Julián Grimau, Ángela Martínez.
