Han llovido quince años, cantó Enrique. Uno cree que el tiempo suaviza ese pinchazo doloroso de añoranza, que llena el vacío de la ausencia. Ahora que han pasado tres lustros me sigo emocionando y me cuesta un montón abordar el guión de este programa. Escucho a Enrique en la versión acústica de "Colgado", con el piano de Jesús Redondo y me sobrecojo. Y apenas puedo seguir. Duele, duele. Y ni siquiera era amigo próximo. Probablemente si viviese ya por fin lo seríamos, habida cuenta de nuestros últimos encuentros y porque nuestras vidas paralelas desde finales de los setenta en la Facultad de Ciencias de Información de la Complu de Madrid se cruzaron una y otra vez por nuestros gustos comunes musicales, sobre todo por nuestra adoración al country-rock, a Jackson Browne, Tom Petty, Emmylou Harris... Las canciones de Enrique Urquijo son comparables a las de los más grandes compositores populares, desde José Alfredo Jiménez, tan admirado por Enrique, o Cecilia, o León, Quintero y Quiroga, a Herrero y Armenteros, Consuelo Velázquez, Iván Ferreiro, Violeta Parra, Manuel Alejandro, Serrat, Aute, Sabina, Antonio Vega y demás habitantes de ese Olimpo del cancionero popular en lengua española, nuestra lengua, tan nuestra como universal. Su hermano Álvaro no puedo escribir y cantarlo mejor: "Te he echado de menos hoy, exactamente igual que ayer".
