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Llegar hasta espacios como éste no fue fácil para los 400 agentes que trabajaron en la operación. Almacenes secretos, escondidos tras falsas paredes, donde guardaban el material. Incluso tenían dispositivos que les permitían cerrar los locales en pocos minutos si detectaban a la policía. Los 71 detenidos formaban parte de tres grupos, divididos por nacionalidades y sin un líder visible, pero perfectamente coordinados. Estaba el de los marroquíes y el autodenominado israelí. El tercero llevaba el apellido de alguno de sus miembros. Por eso, decidieron atacar al corazón de la organización. Las cifras económicas dan idea de la importancia de la operación. Movieron 5 millones de euros y blanquearon otros 9. Los investigadores alertan que si se falsifica cada vez más en España y en Europa, es porque les sale más rentable que traer el material de los países asiáticos.

Aunque tras conocerse las imágenes la víctima decidió denunciar, después cambió de opinión. La existencia de la grabación ha permitido a la fiscalía y a la guardia civil actuar de oficio para que este caso de violencia machista sea juzgado. El vídeo que grabaron las cámaras de seguridad del edificio donde reside la víctima ha sido la principal prueba en este juicio. La mujer apenas da unos pasos cuando aparece su pareja y sin mediar palabra empieza a golpearla. La agresión presuntamente habría continuado pero ya lejos de la cámara que decidió instalar la comunidad de vecinos por los robos. El acusado ha evitado ver el vídeo bajando la mirada y se ha acogido a su derecho a no declarar. Al no denunciar la víctima, la grabación se ha convertido en la principal prueba. La mujer, de 38 años, también se negó a ser reconocida por un médico. En el juicio no ha querido testificar. La fiscal ha elevado la petición de pena desde los 9 meses iniciales hasta 2 años y 3 meses de cárcel por un supuesto delito de lesiones. Ella acudió a urgencias supuestamente por una caída de una escalera y consta ese informe.

El presidente sirio dice que la victoria en la batalla por esta ciudad estratégica puede acercar el final de la guerra, y ha rechazado la tregua que piden los rebeldes. En Alepo este se libra la mayor batalla de Siria, y el ejército presume de ir ganando terreno. Bachar Al Asad rechaza una tregua. Según él, solo beneficiaría a los rebeldes, porque les daría tiempo para reagruparse. En una entrevista a un diario sirio, dice que la victoria en Alepo sería un enorme paso hacia el fin de la guerra. A medida que las tropas avanzan, las cámaras documentan la crudeza de la guerra: la ciudad está humeante y en ruinas. Miles de civiles huyen de un larguísimo asedio. La familia de Ahmed ha encontrado su antigua casa, pero apenas queda nada en pie. Cuentan que los rebeldes no los dejaron escapar antes, que los usaban como escudos humanos. Pero otros no quieren salir de territorio rebelde. Temen las represalias del ejército. Decenas de miles siguen atrapados en medio de los combates. Entre ellos más de 400 niños enfermos o heridos que necesitan tratamiento urgente. La ONU alerta de que no consigue permiso para evacuarlos. La Cruz Roja si ha conseguido rescatar a 150 discapacitados y heridos de un centro médico en la ciudad vieja. Llevaban dos días sin comer, y viendo cómo otros pacientes morían por falta de medicinas.

Un vehículo, con siete ocupantes a bordo, se precipitaba por un barranco cerca del pantano de Susqueda, en la provincia de Girona. El balance es de tres muertos: una pequeña de un año y dos mujeres, una de ellas embarazada.
El vehículo en el que circulaban tiene capacidad para cinco personas pero viajaban siete. Además, el vehículo accidentado no llevaba ningún sistema de retención infantil, según ha informado el conseller de Interior, Jordi Jané.

Un fenómeno habitual en los últimos cinco años: borrascas atlánticas que entran por el suroeste, en vez de hacerlo por el norte, y además con precipitaciones extraordinarias. En poco menos de un mes hemos visto dos tornados, en Valencia y Huelva, riadas en Cataluña con una víctima mortal, y lluvias torrenciales por todo el Mediterráneo. Fenómenos, según los expertos, que no se pueden atribuir directamente al cambio climático pero que sí cumplen una de sus premisas: son cada vez más frecuentes y extremos.

En la barriada de la ribera del Guadalhorce, toca limpiar los destrozos causados por el agua. Noventa y cinco litros que han inundado calles y casas sin que los vecinos pudieran hacer nada para evitarlo. A muy pocos kilómetros, en Cártama, uno de los municipios más afectados por el temporal, el caudal del Guadalhorce sigue bajando con fuerza.