20 años después de la invasión estadounidense, los bagdadíes no recuerdan haber estado en una situación peor. "Sadam era un patriota, quería a su pueblo. Ante de la invasión nadie hablaba de suníes o chíies, sino del orgullo", le cuenta Kamal, peluquero en Bagdad, a nuestra enviada especial a Irak, Laura Alonso.
20 años después de la invasión Irak tiene más de 6 millones de desplazados internos en torno a un 20% de ellos vive en campos de refugiados. Nuestra corresponsal en Oriente Próximo y enviada especial a Irak, Laura Alonso, nos cuenta la historia de tres mujeres que han tenido que abandonar sus hogares en los últimos años.
Irak lucha por encontrar la estabilidad y reconstruir el país 20 años después de la invasión
- En este periodo, los enfrentamientos civiles y la lucha contra el yihadismo han obstaculizado la reconstrucción
- Irak está dividido en facciones sectarias y un cuarto de la población vive en la pobreza
Hace 20 años, Estados Unidos lanzó la invasión de Irak. El entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, justificó la invasión, que no contaba con el aval de la ONU, para destruir las supuestas armas de destrucción masiva de Saddam Hussein y para liberar al país de un dictador sangriento como primer paso para democratizar Oriente Medio.
Pero la historia de las armas era falsa; Irak no se ha convertido en una democracia estable; y en la región se creó el caldo de cultivo para el yihadismo.
Foto: Imagen de archivo: el marine de EE.UU. Kirk Dalrymple mira cómo es derribada una estatua de Saddam Hussein en el centro de Bagdad (Irak), el 9 de abril de 2003. REUTERS/GORAN TOMASEVIC/ARCHIVO
Se cumplen 20 años de la invasión de Irak por parte de la coalición de países encabezada por Estados Unidos. Ignacio Álvarez-Ossorio, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Complutense de Madrid, asegura en Las Mañanas de RNE tras dos décadas “el balance es bastante agridulce” para el país y explica que la situación queda muy alejada de lo que se prometió: “Que si restaurar una democracia que iba a servir de modelo para el resto de países de la región, que poco a poco iban a dejar de tener regímenes democráticos y convertirse en democracias plenas.” Álvarez-Ossorio recalca que “todavía a día de hoy, 20 años después de esa invasión, desconocemos realmente los motivos que llevaron a actuar así a Estados Unidos y a los otros países que apoyaron esta aventura militar.” E insiste en que todavía Irak no se ha recuperado de la violencia sectaria.
Se cumplen veinte años de la invasión estadounidense de Irak, un conflicto que la ONU ha calificado de ilegal. El 20 de marzo de 2003, una coalición internacional, liderada por Estados Unidos, ocupó territorio iraquí. Aseguraban que el gobierno tenía armas de destrucción masiva y vínculos con Al Qaeda, algo que nunca se demostró y que dividió las calles y el mundo en dos: los que apoyaban la guerra y los que no. Países como Reino Unido, Australia o España mandaron tropas, mientras que Rusia, China, Francia o Alemania se mantuvieron al margen. En RTVE Noticias hemos analizado qué supuso esta intervención, si sirvió para traer democracia y estabilidad al país árabe y cómo está Irak ahora, dos décadas después.
La madrugada del 19 al 20 de marzo una coalición internacional liderada por Estados Unidos invadió Irak con el pretexto de que el país contaba con armas de destrucción masiva, algo que más tarde se probó falso. Entonces lo que sí se logró fue acabar con el mandato de Saddam Hussein y EEUU se hizo con el mando político del país, que mantuvo hasta 2011 cuando liberó sus tropas. Entonces dejó un país dividido y desprovisto de un proceso de transición y fue ahí cuando proliferaron las milicias y los grupos armados.
Laura Alonso se encuentra ahora en Bagdad donde ha podido hablar con vecinos que le han contado cómo han vivido estos años de transición: “Después de la invasión se alentó la división étnica”, comenta uno de ellos haciendo referencia al grave conflicto que hay entre la población Chiita y Suní. Para otros, sin embargo, la situación ha mejorado.
Irak ha celebrado la Copa del Golfo de fútbol tras ganar su selección la final como anfitriona, una competición que el país no acogía desde hace 40 años por los conflictos que han azotado Irak durante décadas y que ha simbolizado el regreso de la paz. Este viernes los jugadores han presentado el trofeo a los aficionados en la ciudad de Basora en un desfile en barco.
Foto: REUTERS
Al menos una persona ha muerto y otras 60 han resultado heridas este jueves a causa de una estampida registrada en un estadio de fútbol de la ciudad iraquí de Basora antes de la celebración de la final de la Copa del Golfo entre Irak y Omán.
Fuentes médicas citadas por la agencia iraquí de noticias NINA han indicado que el suceso ha tenido lugar frente a una de las entradas del estadio Palm Trunk. Entre los heridos hay varias personas que se encuentran en estado grave.
El Ministerio del Interior ha llamado, en un comunicado, a los aficionados a "acatar las normas e instrucciones" de las autoridades, y ha instado a que "los ciudadanos de Basora no deben dirigirse al estadio a menos que tengan entradas para el partido".
Por su parte, el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, se ha trasladado a Basora para mantener un encuentro urgente con el gobernador, Asaad al Eidani, y otros altos cargos.
Una media de 80 reporteros mueren al año desde 2003, según Reporteros Sin Fronteras
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La situación en Bagdad y en el resto de Irak ha vuelto a la calma en la tarde de este, después de que el influyente clérigo chií Muqtada al Sadr ordenara a sus seguidores retirarse del centro de la capital. Al Sadr había pedido a sus seguidores que se retirasen en un plazo de una hora del Palacio Presidencial y del Gobierno de Bagdad, donde este lunes irrumpieron después de que el líder anunciara su retirada "definitiva" de la política.
- Su padre fue el gran ayatolá Mohamed Sadeq al Sadr, asesinado por su postura crítica contra Sadam Husein
- Su partido ganó la mayor parte de los escaños en las elecciones de octubre, pero no los suficientes para asegurarse la mayoría
Bagdad recupera la calma tras dos días de protestas con más de 30 muertos por la renuncia de Al Sadr
- Los seguidores de Al Sadr ya se han retirado de la Zona Verde de Bagdad
- La Comandancia de Operaciones Conjuntas ha levantado el toque de queda en todo el país
Por segundo día consecutivo en Irak los seguidores de Muqtada al Sadr se han echado a las calles enfrentándose a las fuerzas de seguridad iraquíes y a militantes chiíes rivales. Lo hacen en la llamada Zona Verde de Bagdad, donde han impactado varios misiles y han asaltado algunos de los principales edificios oficiales, como el Palacio Presidencial y el de Gobierno.
Los choques se han extendido a otras ciudades iraquíes y han dejado ya decenas de muertos y cientos de heridos.
La crisis estalló ayer después de que el clérigo chií, la figura más influyente en Irak desde la caída de Sadam Husein, anunciara su retirada de la vida pública. EL anuncio llega tras 10 meses de parálisis política. Los partidos que le apoyan ganaron las últimas elecciones, pero sin mayoría.
FOTO: EFE/EPA/AHMED JALIL
Seguidores del líder chií iraquí, Muqtada al Sadr, han asaltado este lunes el Palacio Presidencial en Bagdad después de que el influyente líder religioso anunciara su retirada definitiva de la política de Irak, mientras las autoridades intentan contener la situación decretando un toque de queda en todo el país.
Al menos una treintena de personas han muerto y más de 250 heridos por "disparos y actos violentos" en Bagdad, según han detallado las agencias de noticias.
Centenares de seguidores de Al Sadr, acampados desde hace cuatro semanas frente al Parlamento, han entrado en la fortificada "Zona Verde" y han irrumpido en el Palacio Presidencial y en la sede del Gobierno.
El ingreso de centenares de seguidores de Al Sadr en la Zona Verde tras romper las barreras de hormigón instaladas en sus accesos ha tenido lugar después de que el influyente clérigo anunciara en un comunicado que "se retira definitivamente" de la política. Ante la creciente tensión, el líder ha anunciado una huelga de hambre hasta que termine el uso de la violencia y armas.
Irak se encuentra en parada política desde el pasado mes de octubre, pero la retirada del clérigo chiita Muqtada al-Sadr ha provocado una avalancha de disturbios que deja ya más de una treintena de muertos y de 250 heridos. Juan José Sánchez Arreseigor, historiador, especialista del mundo árabe, ha hablado en el 14 Horas sobre la figura de al-Sadr, al que califica como “una persona poco recomendada” y del que dice “ha estado metido en varias intrigas políticas”. Al-Sadr es hijo de otro famoso clérigo chiita y, como indica Arreseigor, su salida puede deberse a que sea “un truco para hacerse el interesante y anunciar su retorno más adelante”, o porque “haya sido amenazado de forma contundente por los iraníes”, una versión que el historiador considera más probable.
Sobre el futuro del país, Arreseigor cree que, a medida que vaya evolucionando, Irak irá abandonando la violencia y la fragmentación política. Y confía en la fuerza de las protestas de la población civil, constantes desde 2018, para lograr un cambio en la conducta de los políticos: "Irak no está condenado a una situación de inestabilidad eterna", señala.