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Cada cuarenta minutos sale un minero a la superficie y los últimos en salir serán los mineros en mejores condiciones físicas.

  • De la tranquilidad a la euforia ha ido la reacción de los mineros
  • La emoción preside el reencuentro con sus familias
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Llega a la superficie Carlos Barrios, de 27 años. Tiene un hijo de cinco años y su actual pareja se enteró de que estaba embarazada de un mes una semana después del derrumbe del 5 de agosto. Es el rescatado número 13 (13/10/10).

La televisión e internet han permitido seguir prácticamente en directo, desde cualquier parte del mundo, lo que ocurría dentro y fuera de la mina San José. En España, la comunidad chilena ha estado estos 69 días pegada al televisor.

En la última década, 375 mineros han muerto en accidente de trabajo, 35 sólo en lo que va de año. El gobierno chileno asegura que está dispuesto a acabar con esta lacra.

Una vez en la superficie, después de abrazar a sus familias lo primero que están haciendo todos los mineros es pasar reconocimiento médico allí mismo, en el campamento Esperanza. La primera impresión es que están muy bien. Fuera. 130 medios de comunicación de 50 países esperan. Los mineros son conscientes de la expectativa que han despertado, porque han tenido acceso a la prensa. Pero los psicólogos han destacado la gran inteligencia emocional e intelectual de los mineros y les han preparado para este primer contacto con el exterior con clases de oratoria a través de videoconferencias.

Era el rescate de más riesgo y el minero más mayor. A sus 63 años, Mario Gómez ha podido ser rescatado sin ningún problema y se ha convertido en el noveno trabajador en salir al exterior.