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Rusia y China han ejercido su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para evitar que se aprobara la resolución de condena a Siria por la represión contra los manifestantes que habían presentado los cuatro miembros de la Unión Europea, pese a que renunciaron a pedir sanciones.

Tras negociaciones de último momento, las delegaciones de Francia, Reino Unido, Alemania y Portugal no han evitado el doble veto a su texto de condena contra el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.

La resolución de los países de la UE recibió nueve votos a favor y cuatro abstenciones, además del voto en contra de las delegaciones rusa y china, miembros permanentes del Consejo de Seguridad y por tanto con poder de veto.

Los cuatro países que se abstuvieron fueron Sudáfrica, India, Brasil y Líbano, los mismos países que hasta ahora habían unido sus fuerzas a Rusia y China para evitar que los distintos intentos de los países de la UE de condenar a Siria mediante una resolución fueran fructíferos en los últimos meses, informa Efe.

El primer ministro israelí ha sido incapaz de sacar adelante los cambios legislativos propuestos por la comisión nombrada para recoger las peticiones de los indignados israelíes, que denuncian que el Gobierno nunca se tomó en serio las protestas.

Al menos trece personas, de ellas doce chiíes, han muerto este martes y siete han resultado heridas por disparos de un grupo de desconocidos armados a un autobús en el oeste de Pakistán, según ha informado a Efe una fuente oficial.

El ataque ha tenido lugar en la conflictiva ciudad de Quetta, capital de la provincia paquistaní de Baluchistán, y los atacantes, montados en motos, han obligado al conductor a parar antes de subir al autobús y comenzar a disparar de manera indiscriminada.

"Está claro que estamos ante un ataque de tipo sectario contra los chiíes, que son de etnia hazara", ha declarado el jefe de operaciones de la Policía de Quetta, Hamid Shakeel. El otro fallecido era pastún.

A primera hora de la mañana ningún grupo había reivindicado los hechos, pero Shakeel se ha mostrado seguro de que el ataque ha sido perpetrado por "una de las bandas sectarias" que operan en Quetta, una ciudad con un largo historial de atentados.

El autobús se dirigía hacia el barrio de Hazara Ganji, donde se han congregado grupos de residentes y hay disturbios como señal de protesta que la Policía está intentando controlar en previsión, según el oficial policial, de "nuevos incidentes".