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Sansón: ¿Quién era Dalila y cómo terminó su historia de amor y traición?

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La actriz Hedy Lamarr interpretó a Dalila a las órdenes de Cecil B. DeMille.
La actriz Hedy Lamarr interpretó a Dalila a las órdenes de Cecil B. DeMille.

La Biblia, el libro más traducido y vendido del mundo, deja apasionantes relatos que han servido para más de una superproducción en Hollywood. La de Sansón y Dalila, quizás, es el guión perfecto porque no falta la acción, la muerte, la pasión, la traición y la venganza. Todos los ingredientes necesarios para crear una historia en la que no da tiempo a respirar mientras se lee. Recogida en el "Libro de los Jueces" del Antiguo Testamento, narra la historia de un hombre casi sobrenatural que perdió todo su poder por la traición de la mujer a la que amaba.

¿Quién era Sansón?

Según los escritos, Sansón fue un niño enviado por Dios. Un ángel le dijo a su madre, una mujer estéril, que pronto tendría un hijo al que no debía cortar el pelo jamás. Sería un hombre consagrado a la causa de Yahvé. Después el capítulo 13 del "Libro de los jueces" pasa directamente a contar su primera hazaña.

Sansón aparece en un momento en el que Israel no es un pueblo ni definido ni estable. Acaban de abandonar la vida nómada, pero no tienen un asentamiento estable ni un gobierno eficaz ni unido. Su religión, tras el éxodo, se ve amenazado por las influencias politeístas de las culturas vecinas y el pueblo filisteo, al que los que egipcios describieron como hombres altos, de cabezas rapadas y cascos con plumas, hostigaba a los judíos por el control de sus tierras.

En medio de esa situación opresora, se hace más que necesaria la aparición de una figura heroica de fuerza sobrehumana que sirva de liberación. Como tal, se presenta Sansón.

'Sansón y Dalila' fue un éxito de taquilla en el año 1950

La primera prueba de su increíble poder fue la de despedazar a un león en dos solo con sus manos. Fue el día que se dirigía a una aldea filistea para pedir el matrimonio con una muchacha de la que se había enamorado. Días después, cuando transitaba el mismo camino rumbo al desposorio, vio que en los restos del animal unas abejas habían colocado su enjambre. Retó a los invitados filisteos de su fiesta a adivinar un acertijo. Si lo hacía, les regalaría 30 vestidos de fiesta.

“Del que comía salió comida; del que era fuerte salió dulzura.”

Debían resolverlo antes de que terminaran los festejos que duraban una semana. Viendo que los días avanzaban y no daban con la solución, los filisteos amenazaron a su paisana. O le sacaba el secreto a Sansón o ella y su familia serían ejecutados. No fue fácil conseguirlo, pero la muchacha consiguió que Sansón confesara. Por salvar el propio pellejo y el de sus padres, reveló el fin del acertijo.

El séptimo día, cunando expiraba el plazo, los filisteos contestaron a Sansón: "Nada hay más dulce que la miel; nada más fuerte que el león"

Él sólo pudo responder: "Tan solo porque arasteis con mi novilla, pudisteis conocer la respuesta"

Lleno de ira por la traición, se dirigió a una aldea filistea y allí asesinó a 30 hombres y les arrebató sus trajes. Cumplía de manera sanguinaria con su promesa.

Cuando Sansón volvió a recuperar a su esposa, su suegro le dijo que la había entregado a otro hombre pensando que ya no la querría. Lleno, otra vez de rabia: "atrapó trescientas zorras, las ató por la cola de dos en dos, y a cada par le amarró una antorcha entre las colas; luego prendió fuego a las antorchas y soltó las zorras en los campos sembrados de los filisteos. De ese modo quemó el trigo que ya estaba amontonado y el que todavía estaba en pie, y hasta los viñedos y los olivares."

Cuando los filisteos se enteraron, ejecutaron a la mujer y al suegro de Sansón. La espiral de violencia sólo acababa de empezar porque él juró todavía más venganza.

Se ocultó en una cueva y cuando se descubrió su paradero, su propio pueblo quiso entregarlo para evitar más derramamiento de sangre de inocentes. Él aceptó y en el momento en el que los filisteos ya celebraban su victoria, Sansón se liberó de las sogas y con una quijada de asno, "que estaba por allí" mató a mil hombres.

El día que Sansón dejó a Gaza desprotegida

Sansón se convirtió en un prófugo. A su paso por Gaza se alojó en casa de una prostituta. Cuando supo que preparaban un operativo para apresarle, huyó a de noche no sin antes arrancar las puertas de la ciudad, los pilares y también la tranca.

Dalila, ¿quién era?

Fotografía prormocional de los ños 50 con Victor Mature y Hedy Lamarr

Convertido ya en leyenda, Sansón se enamoró, otra vez, de una filistea. Su nombre era Dalila y con ella mantuvo una relación pasional y complicada.

Los mandatarios filisteos le prometieron una escandalosa recompensa a Dalila si conseguía averiguar dónde residía el poder de Sansón, ¿de dónde venía su fuerza descomunal?

Hasta en tres ocasiones le preguntó cómo debía de atarlo para poder retenerlo. Las tres veces, Sansón mintió. Ella, en todas y cada una de las explicaciones, intentó, sin éxito apresarlo.

Ya cansado de la insistencia de la mujer, compartió con ella el secreto: "Nadie me ha cortado jamás el cabello, porque desde antes de nacer estoy consagrado a Dios como nazareo. Si me llegaran a cortar el cabello, perdería mi fuerza y sería tan débil como un hombre común y corriente."

Dalila aprovechó que Sansón dormía sobre sus piernas y mandó a un hombre cortar sus siete trenzas: "Sansón se despertó creyendo que se libraría como las otras veces, pero no sabía que el Señor le había abandonado. Entonces los filisteos le echaron mano y le sacaron los ojos, y se lo llevaron a Gaza, en donde le sujetaron con cadenas de bronce y le pusieron a trabajar en el molino de la cárcel. Pero el cabello ya había empezado a crecerle de nuevo."

Victor Mature en una de las escenas más recordadas de 'Sansón y Dalila'

Cuando los filisteos se juntaron para celebrar su gran victoria en el templo, trajeron al propio Sansón para reírse de él. No sabían que la venganza definitiva iba a caerles, literalmente, encima.

Sansón que había recuperado su pelo, le pidió al muchacho que lo llevaba de la mano que lo colocara junto a las dos columnas centrales del edificio. "Mueran conmigo los filisteos" fueron sus últimas palabras. En su sacrificio, asegura la Biblia, se llevó miles de vidas por delante, incluidas las de todos los mandatarios de su pueblo enemigo. Un mazazo que supondría su declive.