Descubriendo a Manolo Blahnik: ¿qué relación hay entre el sexo y los zapatos?

• Documaster de RTVE ofrece el documental 'Manolo. El mago de los zapatos'
• Manolo Blahnik: "No me gusta que llamen Manolos a mis zapatos"

El zapatero Manolo Blhanik en una de sus visitas a Madrid

Llevan nombres como Marta, Celia, Nancy, Puri, Lorca o Cádiz, pero todo el mundo conoce sus zapatos por 'Manolos'. Manolo Blahnik es el zapatero más famoso del mundo, un artista de la moda que nació en La Palma y conquistó el mundo. Sus padres lo enviaron a estudiar a Ginebra y querían que trabajara en la ONU, pero el destino le tenía preparado otro camino. En 1965, tras graduarse por la Universidad de Ginebra en Derecho Internacional y en Literatura, se instaló en París y estudió en la Escuela del Louvre y en la Escuela de Bellas Artes. En 1971 se trasladó a Londres y lanzó su colección Quorum Black Magic de la mano de Ossie Clark. Fue un desastre. "Podría haber sido el fin de mi carrera. Yo no sabía demasiado de zapatos y se me ocurrió poner suelas y tacones grandes de goma. Pero olvidé poner acero por dentro. Las modelos se iban cayendo y la gente pensaba que era una nueva forma de andar. Todo el mundo aplaudía, pero fue un desastre para mí. ¡No podían andar!", dice en Manolo, el mago del zapato que emite Documaster de RTVE. El documental recorre la vida del zapatero que desempolva sus recuerdos, empezando por su niñez. "Yo hacía zapatos para lagartos. El barbol es un lagarto grande con una mancha azul. Era divino. Con los lagartos era mucho más fácil porque están como aletargados. Los cazaba, cazaba de todo, y utilizaba el envoltorio de los bombones Cadbury para hacerles los zapatos".

En 2017, Manolo Blahnik expuso sus zapatos en Madrid en '' The art of the shoe '' cropper

Todos aman a Blahnik

Gentes importantes del mundo de la moda y el espectáculo desfilan por el documental, desde Anna Wintour a Rihanna, y son ellos los que van desvelando la vida y la trayectoria de Manolo Blahnik, pasando de París a Londres -donde fue el primer hombre en salir en la portada de Vogue- y de Londres a Nueva York, donde Diana Vreeland le dijo "concéntrate en los zapatos". Y eso hizo, trabajando siempre con buen gusto, elegancia y una pequeña dosis de locura y exceso. Una de sus señas de identidad es el color. “Siempre me he acercado al color de manera audaz, desde todos los ángulos y variaciones. Siempre buscando la poesía de un color imposible”, dice.

El error de su primera colección no volvió a repetirse y poco a poco fue creciendo profesionalmente, conquistando todas las capitales de la moda. "A mediados de los ochenta, no había diseñador de la Séptima Avenida que no sacara zapatos de Manolo Blahnik a la pasarela. Fue el gran momento de su expansión en Estados Unidos", dice George Malkemus, su distribuidor en Norteamérica.

Sarah Jessica Parker una fan declarada de los 'Manolos'

Pasó el tiempo, llegaron nuevos diseñadores, algunos más rompedores, y los zapatos del canario fueron perdiendo brillo. Hasta que llegó ella, Carry Bradshaw. La pasión por los 'Manolos' de la protagonista de Sexo en Nueva York hizo más famoso todavía al zapatero y le conectó con un público más joven. Son muchas las mujeres que Manolo Blahnik se ha encontrado en el camino y se han convertido en sus hadas madrinas, como Sofia Coppola que cuando iba a rodar su María Antonieta se preguntó: “¿A quién le pediría María Antonieta que le hiciera los zapatos?¡ Se lo habría pedido a Manolo!", dice la directora.

El poeta del zapato

Los piropos no cesan. El periodista y escritor Colin McDowell dice que Manolo Blahnik es “el mayor diseñador de calzado de los siglos XX y XXI” y André Leon Taley define al zapatero como “un poeta, un poeta de la moda, un poeta visionario que está a la altura de Baudelaire”. Poesía para los pies, algo único en la moda. “No recuerdo la última vez que llevé zapatos de otro. Es que ni los miro”, dice la todopoderosa Anna Wintour.

Manolo Blahnik es conocido por todos como 'el rey del color'

En sus zapatos, como pudo verse en la exposición que se hizo en Madrid, hay miles de referencias, desde África a Mariano Fortuny, desde la película El Gatoparto al sexo. Los zapatos despiertan todo tipo de emociones, en mujeres y hombres, y la conexión entre el deseo y los tacones ha hecho correr ríos de tinta. En el caso de Blahnik hay un vínculo muy profundo. “Piensa en el sexo en el sentido de la mujer para la que diseña. En sus diseños, el sexo es predominante en todo lo que hace”, dice en el documental George Malkemus, que fue socio de Blahnik en Estados Unidos.. “Es fetichismo. Cuando hace un zapato negro con una cadena plateada es sin duda un zapato de bondage, pero hecho con elegancia”, añade André León Talley. “Llega a un centímetro de la vulgaridad, pero ahí para”, sentencia Colin McDowell.

Manolo Blahnik es famoso por sus mules, los zapatos abiertos por detrás con tacón bajo, y por sus taconazos, los que más le gustan a Rihanna. “Tampoco me gusta ver cuando una mujer no puede caminar. Es algo que tengo muy en cuenta. No todo el mundo puede llevar un tacón absurdamente alto”, dice la cantante en el documental, que ha colaborado en varias ocasiones con Blahnik diseñando zapatos.

Uno de los zapatos expuestos en Madrid en "The art of the shoe''

Y es precisamente Rihanna quien dice que “las mujeres sueñan con llevar sus zapatos”, algo a lo que Blahnik resta importancia. “Bueno, he oído eso. Y también a los maridos quejarse de su nuevo amor por mí y mis zapatos”. ¿Y a quién ama Manolo Blahnik? A su profesión, a la que vive entregado desde siempre y alrededor del zapato ha construido su propio mundo, un mundo que gira con un ritmo propio, alejando de tendencias, modas efímeras y banalidades. Lo suyo es arte. “Manolo encajaría en cualquier siglo, desde el XV... hasta principios del XIX”, dice Colin McDowell.

Son muchos los momentos clave de su carrera que se repasan en el documental, y las protagonistas son siempre las mujeres. Mujeres que en momentos relevantes de su vida pisaron fuerte con unos 'Manolos'. Como Diana de Gales, que combinó su famosísimo vestidos de la 'venganza' con un par de zapatos de Blahnik.

Manolo Blahnik en Londres, la ciudad en la que ha escogido vivir