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La Mañana

El crimen de la Guardia Urbana: comienza hoy el juicio

  • Rosa Peral y Albert López, están acusados de matar a Pedro Rodríguez
  • Albert López siempre ha mantenido que su participación en los hechos fue secundaria
  • En La Mañana repasamos los datos de este crimen por resolver

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La Mañana - El crimen de la Guardia Urbana: comienza hoy el juicio

Este lunes 3 de febrero ha empezado en la Audiencia de Barcelona el juicio contra dos agentes de la Guardia Urbana. Rosa Peral y Albert López, están acusados de matar a Pedro Rodríguez, también agente de la Guardia Urbana y pareja sentimental de la mujer acusada. Además, se les acusa de calcinar su cadáver en el maletero de su coche en el pantano de Foix. Tras más de dos años de una instrucción plagada de sorprendentes revelaciones y giros de guion inesperados, a pocos días del juicio ha aparecido una nueva prueba que sustentaría la tesis de la acusación de que el crimen fue premeditado.

Hasta ahora, Albert López siempre ha mantenido que su participación en los hechos fue secundaria y que se limitó a ayudar a Rosa Peral, su exnovia, a deshacerse del cadáver. Afirma que nunca tuvo un papel activo sino pasivo y se cree que habían reanudado la relación a espaldas de la que fuera la actual pareja de Rosa, Pedro Rodríguez. Sin embargo, los investigadores han descubierto que Albert López adquirió diez días antes del crimen un móvil de prepago que solo utilizó la noche en la que se produjeron los hechos.

Fiscalía y acusación creen que la llamada apunta que el asesinato fue premeditado entre ambos.

¿Qué se sabe hasta ahora?

Rosa Peral vivía con su novio, Pedro Rodríguez, en un chalet en Cubelles. La noche del 1 al 2 de mayo del 2017 se produjo el asesinato. Aún se desconoce cómo. Lo que se sabe es que Rosa Peral llamó a Albert López (su exnovio) y este, unas horas más tarde, se presentó en su casa.

Aquella noche Pedro fue asesinado, se desconoce si antes o después de la llegada de Albert. En cualquier caso, el registro de llamadas fue el siguiente: Rosa llama a Albert a las 21.51 h. Es una llamada perdida. A las 21.53 h., ambos mantienen una conversación de 4 minutos. Luego, y esta es la novedad, Albert le hace una llamada perdida desde un nuevo número de prepago. La acusación cree que era una señal. Demostraría que Albert estaba plenamente implicado en un plan premeditado para acabar con la vida del agente de la Guardia Urbana y tuvo un papel activo. El teléfono sólo se activó aquella noche.

La llamada ha sido descubierta después de que la compañía telefónica Lycamobile haya respondido con dos años de retraso a la petición que hizo la juez de instrucción 8 de Vilanova que se encargó de investigar el crimen de Pedro Rodríguez. La magistrada preguntó a todas las compañías los servicios que los acusados tenían contratados para rastrear su señal y revisar sus mensajes de texto y fotografías. Todas respondieron. Todas, menos una: Lycamobile. El teléfono fue comprado el 20 de abril y quedó registrado a nombre de Albert López.

La fecha en la que adquirió el terminal también es relevante. Puesta en contexto cuadra con el momento en el que los investigadores consideran que los dos acusados ya planeaban acabar con la vida de Pedro. Cuatro días antes de comprar el móvil de prepago, Albert le preguntó a un compañero de patrulla de la Guardia Urbana cómo se desharía de un cadáver y este le respondió que metería el cuerpo en un coche, le prendería fuego y luego lo tiraría por un barranco. Aquella idea inocente planteada por su amigo se convirtió en un plan criminal que se cumplió casi al pie de la letra. El cadáver de Pedro Rodríguez fue calcinado el día después del crimen en el pantano de Foix.

La Fiscalía y la acusación pedirán que se incorpore la nueva prueba durante el trámite de las cuestiones previas con el que se iniciará el juicio el próximo lunes a pesar de que la instrucción ya esté cerrada. El ministerio público considera que la aparición de esta prueba es significativa y fue solicitada durante el periodo de instrucción que es cuando se puede hacer.

La Fiscalía y la acusación particular, que representa a la familia de la víctima, piden 25 y 24 años de prisión para Peral y López por asesinato con alevosía al considerar que la víctima no se pudo defender.