REPOR - Mercados de futuro
- Los mercados de abastos se enfrentan a los nuevos hábitos de consumo y a la dura competencia de los supermercados y las grandes superficies
- Mientras en algunas plazas cierra una parada tras otra, otros mercados como el de San Miguel en Madrid han apostado por la restauración gourmet
- Barcelona es la ciudad con más mercados municipales de España, todos los barrios tienen al menos uno. Para el ayuntamiento suponen una estructura económica imprescindible
Los mercados de abastos empezaron a abrirse hace más de un siglo para asegurar el suministro de alimentos en buenas condiciones sanitarias a la población. Pero de eso hace mucho. Ahora, las opciones del consumidor para llenar la cesta de la compra se han multiplicado con supermercados y centros comerciales.
El mercado de la Magdalena, en Ferrol, cuenta con casi la mitad de sus paradas cerradas. No tiene aparcamiento ni abre por las tardes, servicios que la mayoría de los supermercados y grandes superficies ofrecen, y que se han convertido en imprescindibles para muchos compradores. Además, la burocracia a la hora de adjudicar estos puestos empeora la situación.
El mercado de San Miguel en el centro de Madrid tocó fondo a causa de la competencia de otro tipo de comercios. Para sobrevivir se ha reconvertido en un gran “gastrobar” que ofrece exquisiteces sobre todo a los turistas. Otros, como el Maravillas en Cuatro Caminos, han sabido adaptarse a los tiempos.
Barcelona es la ciudad con más mercados municipales de España. Según el ayuntamiento es una apuesta por el comercio de proximidad y el empleo que éste genera. Sin embargo, no todos gozan de buena salud. Los vecinos de Nou Barris tenían dos mercados hasta hace unos meses, ahora sólo tienen uno con tan sólo seis paradas abiertas. Para sus dueños la situación es insostenible.
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