Los mejores momentos del estreno de iFamily, Kike regresa al barrio y Luis finge un coma
Kike llega al barrio después de su exilio en Tailandia huyendo de pufos y deudas por su adicción al juego. Nada más pisar sus calles ya hay quien pregunta por él. Un golpe de suerte, eso es lo que tiene cuando llega a sus manos un periódico con la noticia de que su hermano Luis, un gran empresario, ha caído en coma. Esto va a salvarle el pescuezo, literalmente.
Para su sorpresa, parece que este padre de familia tiene mucho que esconder y, lo primero, son sus desmanes ante la ley. Por lo que ese coma del que todos hablan se traduce en "la interpretación del año", y todo gracias a los consejos de su abogado Girón.
Kike se presenta en casa de Luis con otra gran actuación para ver si puede picar algo pero la mala leche del segundo termina por estallar en un puñetazo y desvelando la pantomima. Como en todas las grandes historias, el amor es el causante de la brecha entre estos dos hermanos. Marta, una mujer que "compartieron" y por la que terminaron distanciándose. Aún no se han dado cuenta de la cantidad de cosas que tienen en común...
Lola y Kike, se masca la "tensión" en el ambiente
El encuentro entre una trabajadora social que vela por el cuidado de los hijos de Luis y el tío de estos, un truhan de poca monta, no podía salir bien. Justo cuando nuestro Don Juan sale de la habitación del comatoso, molesto por las decisiones que quiere tomar su hermano desde su falso sueño, sale a la terraza para despejarse y termina quedándose encerrado.
En ese momento, Lola espera en el salón para tratar la situación de los pequeños. Al no encontrar a África, le echa una mano abriéndole la puerta y, como Kike es inoportuno como él solo, le pilla comentando sus pensamientos en alto: "todo lo que tiene de pibón lo tiene de idiota". ¡Ahí va esa, Lola! Curioso comienzo para alguien que tiene que convencerla de que puede ser un buen padre para Laura, Carlos, Miguel y Ana.
"Toma dale tú, ya verás como no siente nada", Kike a Ana con martillo en mano
Aprovechar el coma de alguien para pegarle con un martillo en la cabeza suena fatal pero, sed sinceros, después de la decisión que quiere tomar Luis de separar a sus hijos y enviarlos a distintos internados, ¿no os apetecería hacer lo mismo?
Si es que hasta la pequeña Ana lo tiene claro: "¿Tú crees que nos oye? Le diría que eso que está haciendo está mal". Y Kike, que otra cosa no pero pasión tiene un rato, se venga dándole unos "toquecitos" de atención.
Ana, disconforme con la decisión de su padre, se escapa de casa
La más pequeña de la casa no está de acuerdo con la idea de que sus hermanos estén separados así que, en un acto de rebeldía, aprovecha la visita de Kike para colarse en el asiento trasero de su coche y alejarse todo lo que pueda de casa.
Lo que no se imagina la pequeña es lo mucho que ha enternecido a su tío. El rato que pasan juntos será clave para que Kike acepte convertirse en el tutor de los cuatro hijos de Luis.
Laura y Kike estrechan lazos con un trato que les salvará a ambos
Cuando una decisión viene bien a las dos partes implicadas se supone que es una buena decisión. ¿Qué creéis vosotros? Kike puede impedir que separen a los hermanos y Laura puede ayudar a su tío a encauzarse en el camino correcto.
Pero la vida no es fácil y hasta que las cosas empiecen a encajar, van a darnos grandes momentos y situaciones con las que nos veremos más que "conectados". ;)
