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Más Isabel - El destino de Juana 'La Beltraneja'

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Isabel - ¿Por qué Juana quiere ser monja?

Isabel y Beatriz de Braganza negocian la paz entre España y Portugal y, como siempre, un tema que obsesiona a la reina es el futuro de "la muchacha", de su sobrina Juana 'La Beltraneja'.

Para Terese Cunillera el destino de Juana era el talón de Aquiles de Isabel 'La Católica': "Podía ser una brecha peligrosa por donde podía llegar a perder lo que tanto esfuerzo le había costado lograr. Ella era intransigente en cuanto a que Juana tenía que aislarse completamente".

Ante Juana se abrían dos caminos. El primero, casarse con el príncipe Juan. "La vía del matrimonio era un elemento que podía dar mucho juego político, como que, encerrda en tercería, mientras llegaba el día de contraerlo, hacía desaparecer de escena a la protagonista", explica Tarsicio de Azcona en su libro 'Isabel La Católica'.

Teniendo en cuenta que el heredero al trono era un recién nacido, debería esperar casi 14 años para que dicho matrimonio se llevase a cabo. Para Teresa Cunillera éste punto favorecía a los monarcas castellanos: "Ahí se ve que por parte de los Reyes Católicos, en concreto de Isabel, era muy buena jugada porque, evidentemente, no podría tener hijos".

El otro camino, el que finalmente Juana decide seguir, acababa tras los muros de un convento. ¿Por qué decidió tomar esta decisión? Nuestros historiadores lo tienen claro, todo es una cuestión de orgullo y, por lo tanto, no consentiría llegar al trono de Castilla siendo una mera consorte: "Ella tenía bien claro que ella era la hija de Enrique IV y por lo tanto la heredera legítima. Siempre va a firmar como reina de Castilla, siempre como "Yo, la reina", hasta que se muera".

Para Teresa Cunillea, además, la vida en el convento siempre podría ser más fácil: "Siempre podría tener más libertad, porque podría caer en el olvido, de repente podría salir del convento tenía más opciones".

Pero ahí estaba Isabel para que esta vida no fuera tan plancentera: "Isabel arracncaría al papa Sixto IV, en 1484, una bula por la que se obligaba a Juana a seguir en el convento su vida de monja", explica Manuel Fernández Álvarez, en "Isabel, La Católica". Es decir, 'La Beltraneja' nunca podría salir del convento. La obsesión de la reina por su sobrina llega hasta tal punto que 15 años después, mueve ciele y tierra para truncar un posible matrimonio de Juana.