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Más Isabel - Materiales de escritura en la época

Por
Escritura medieval

El más conocido de los soportes de escritura medievales es el pergamino, la piel de un animal joven a la que se afeita, se la despoja de la epidermis e hipodermis sumergiéndola en una solución de cal y raspándola con una piedra pómez tras estirarla y tensarla sobre un caballete para eliminar impurezas. El resultado es una superficie tersa y resistente que antes de ser utilizada debía secarse convenientemente al sol.

A partir del siglo XIV era ya común en toda Europa el uso del papel, invención de los chinos traída a Occidente por los árabes, quienes a su vez lo llevaron a las que hoy son España y Sicilia en el siglo X. Desde el XII se usaba lino para elaborarlo.

Para escribir, se utilizaba el cálamo: una caña de río seca, cortada en bisel, que se mojaba en tinta natural y se aplicaba a la superficie de pergamino o papel. Para el siglo XV era común ya el uso de la pluma de ave (oca, ganso, buitre), también cortada en bisel y que permitía crear un pequeño depósito de tinta en el cañón hueco de la misma, permitiendo al escribano trazar cierta cantidad de letras sin tener que volver a "mojar" la pluma en el recipiente y ahorrando la preciada tinta, que se fabricaba con diferentes tipos de tierras y óxidos bien machacada con una piedra lisa sobre una superficie pulida o en un mortero de piedra, mezclándola con aceite de linaza en la justa cantidad para darle fluidez y pastosidad adecuadas.

Información elaborada con la colaboración de Enrique Aznar Pardo