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'La chunga', un drama de amor y prostitución entre mujeres

  • Aitana Sánchez-Gijón protagoniza la obra dramática de Vargas Llosa
  • La puedes ver en el Teatro Español (Madrid) hasta el 16 de junio
  • CONTENIDO EXTRA: Mira una de las escenas de la obra

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La chunga vive gracias a Aitana Sánchez-Gijón

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La Chunga

Dónde: Teatro Español (Madrid).

Fecha: Hasta el 16 de junio de 2013.

Horario: Martes a domingo, 20 h.

Entrada: De 5,25 a 24 euros.

¿Qué ocurrió con esta joven a la que todos llaman Meche? Es la pregunta que sirve de hilo argumental, la que hace que se desarrolle la trama de La Chunga, una de las piezas teatrales más conocidas de Mario Vargas Llosa y que pone en escena Joan Ollé en el Teatro Español, con Aitana Sánchez-Gijón encabezando un reparto de lujo.

La historia se centra en las diferentes versiones que cuentan cuatro amigos y La Chunga (Aitana Sánchez-Gijón), regente de un bar a las afueras de la ciudad peruana de Puria, sobre lo que le pasó a la Meche (Irene Escolar). La joven vino acompañada de Josefino, uno de los cuatro "vagos y jaranistas" en palabras del Nobel peruano, que se reúnen a beber y a jugar en el bar. Tras perder a los dados, Josefino la dará como prenda a la Chunga a cambio de 3000 soles, pero nunca más se sabrá de ella.

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Los inconquistables

Cada uno de los cuatro amigos, José (Rulo Pardo), Lituma (Jorge Calvo), el Mono (Tomás Pozzi) y Josefino (Asier Etxeandia), llamados los inconquistables, cuenta su propia historia de lo que pudo ocurrir, mezclando la realidad con sus temores y sus fantasías sexuales transgresoras.

José, el voyeur piensa que realmente hubo una pasión amorosa entre Meche y La Chunga; Lituma, el romántico, fantasea con que siguió a Meche, la propuso matrimonio y se casó con ella; el Mono, el pedófilo que tiene remordimientos, cree que tanto la Chunga como Meche deben recibir un castigo; y Josefino, el cafiche o proxeneta, cuenta que propone montar un prostíbulo con La Chunga pero al negarse ésta, la amenaza con una navaja y la viola.

Meche y La Chunga

La Chunga que aquella noche subió a Meche a su habitación y que mostró una evidente atracción hacia la joven, fue la última que la vio y es la que puede saber la verdad de lo que pasó realmente, aunque quizá no lo cuente todo y no sepamos nunca la verdad.

Lo que sí está claro es la relación amorosa entre las dos mujeres: la Chunga, enamorada de Meche, la ve como la joven inocente que ella fue o que pudo ser, aunque ha jurado no ceder nunca ante las diferentes formas del deseo.

En realidad, la pregunta sobre el paradero de la joven es solo un pretexto para primero, contar historias, y segundo, fantasear con ellas añadiendo transgresión, sueños, anhelos y especulación, como dice el propio Vargas Llosa, "alcanzar a través de la fantasía esos escurridizos fantasmas sin los que no podríamos vivir".