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"Imanol refleja en su cara y en sus ojos todos los recuerdos de la infancia de Antonio. Está espectacular"

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Cuéntame cómo pasó - Como se hizo el capítulo 243

El regreso a Sagrillas ha supuesto para Antonio una especie de viaje al pasado. Todo lo que le rodea en el pueblo le recuerda a su infancia, cuando era Antonio el P’arriba, el hijo de Eusebio el ferroviario, quien le había enseñado a pescar renacuajos, hacer el reclamo de la perdiz o rebotar piedras en el agua.

Todos esos recuerdos invaden la mente de Antonio cuando descubre que su padre, quien fue fusilado en la guerra civil, ha estado enterrado durante más de 40 años en una fosa a las afueras de Sagrillas y no en el cementerio, donde la tumba de Eusebio Alcántara Buendía tan solo guarda un ataúd lleno de piedras.

Antonio no puede contenerse y en mitad de la noche se dirige hacia la zanja en la esta mañana ha aparecido el chisquero de su padre. Comienza a remover la tierra y al poco descubre que hay huesos y un cráneo... el cráneo de su padre, Eusebio.

Así arranca "Sin un lugar donde caerse muerto", un capítulo doble que continuará el próximo jueves y que en ficción se desarrolla en dos noches y dos días. A lo largo de estos dos capítulos "Imanol Arias hace todo un trabajo con la memoria y muy sensorial. Imanol refleja en su cara y sobre todo en sus ojos todos los recuerdos de la infancia de Antonio. Está espectacular", explica Agustín Crespi, director de este capítulo.

Antonio no puede conciliar el sueño. El chisquero que se ha encontrado junto al esqueleto que estaba enterrado a las puertas de la bodega de Rodolfo era, sin duda, el chisquero de su padre. Pero, supuestamente, su padre está enterrado en el cementerio junto a doña Pura... ¿de quién son, entonces, esos huesos?

Crespi recuerda que este capítulo fue "muy delicado de hacer porque en la trama de la búsqueda de los huesos humanos había que encontrar ese punto en el que hubiera dramatismo y algún momento de comedia pero sin que resultara desagradable".

Antonio y Miguel acuden al cementerio de Sagrillas para abrir el ataúd en el que, supuestamente, estaba enterrado su padre.

Mientras Antonio y Merche buscan respuestas en Sagrillas, la otra parte de la familia Alcántara sigue con su vida en Madrid. Carlos se ha volcado con Karina, que parece que lo está pasando bastante mal por culpa del novio de su madre. Ella se siente acosa pero no sabe a quien contárselo, porque "en los ochenta aún era muy difícil denunciar por acoso sexual. Ella es una chica moderna, pero su entorno no lo es, así que no era nada fácil. Es más, te acusaban de incitar a ese acoso", explica Ignacio del Moral, guionista del capítulo junto a Eduardo Ladrón de Guevara.