Abya Yala, una apuesta indígena
En la selva amazónica ecuatoriana, muy cerca de la frontera con Colombia, se ubica el colegio multicultural bilingüe Abya Yala. En él cursan sus estudios de secundaria más de doscientos alumnos indígenas procedentes de cinco nacionalidades: Kichwa, Cofán, Secoya, Shuar y Siona. El centro es una iniciativa de la iglesia de Sucumbíos (ISAMIS) que su obispo, monseñor Gonzalo López Marañón, ha encomendado a los Hermanos Maristas y a las Carmelitas del Sagrado Corazón. Los alumnos siguen un régimen de internado pensado para fortalecer el sentido de pertenencia a su comunidad indígena. Pasan dos semanas en el colegio y otras dos semanas en su comuna.
Voluntarios
La ong española SED (Solidaridad, Educación y Desarrollo) apoya este centro financiando pequeños proyectos, apoyando con becas y enviando voluntarios cualificados. Los maristas de otras zonas de Ecuador también forman a jóvenes voluntarios que dedican un año de su vida a mejorar las condiciones de vida de los jóvenes indígenas. El equipo de PdD, durante su estancia en Abya Yala el mes de julio de 2010, coincidió con tres voluntarios catalanes: Laia, Ramón y Litus, así como un par de jóvenes voluntarias del sur andino de Ecuador, de Catacocha: Lorena y Saira.
Museo y Centro de Investigación Indígena
En las casi 200 hectáreas de terreno que ocupa el colegio, además de un río, las aulas, la residencia, un comedor y las instalaciones propias de cualquier centro educativo, cuentan con el museo "Rostro Amazónico" donde se pueden apreciar distintos hallazgos arqueológicos de las cinco nacionalidades indígenas que conviven en Abya Yala.
En el mismo edificio está el Centro Cultural de Investigación Indígena donde el equipo de PdD coincidió con Anne Schwarz, una investigadora alemana que trabaja para la James Cook University de Australia. Estaba preparando documentación sobre el "paicoca", la lengua de los shuar, al tiempo que podía conversar con los alumnos de esta etnia.
Faltan profesores
El principal problema de Abya Yala es que los maestros ecuatorianos que envía el gobierno no quieren ir porque esta zona está muy alejada de las grandes ciudades, porque las comunicaciones no son buenas, porque el clima es poco favorable y porque se trata de un territorio militarizado y peligroso por la cercanía de las FARC colombianas.
Los pocos profesores que aceptan quedarse no conocen ninguna de las lenguas nativs, po lo que su aportación pedagógica queda mermada. La ong SED está intentando dar respuesta a esta necesidad con un proyecto de formación específica. Su idea es que los alumnos de bachillerato reciban la preparación adecuada para que sean los profesores del centro en el futuro. Mientras tanto siguen enviando voluntarios.
