Enlaces accesibilidad
REPORTAJE

Mucho sexo, amor romántico y poca diversidad: así son los realities en el 2021

  • ¿Por qué seguimos enganchados a los realities que nos venden el amor romántico, monógamo y heterosexual?
  • Hablamos de esto con el escritor Roy Galán, la psicóloga María Esclapez y la sexóloga Alba Povedano
  • "El modelo de relación es el mismo: heterosexual, monógamo y se establece la infidelidad como la peor traición que alguien puede cometer sobre ti", sostiene Galán

Por
La isla de las tentaciones
La isla de las tentaciones

¿Os acordáis cuando nos impactaba ver en nuestro televisor el fenómeno mal llamado edredoning o a nuestros Sims bajo las sábanas y los fuegos artificiales al compás? ¿Qué rastro queda de esa tele realidad inocente? Por aquel entonces, cuando uno de los primeros realities (Gran Hermano) empezaba a despegar, nos sorprendían cosas como ésta. Hoy parece que ya nos hemos acostumbrado y es casi misión imposible escandalizarnos, incluso cuando vemos a gente desconocida paseando por una isla como la naturaleza los trajo al mundo o cuando vemos sexo explicíto a través de las pantallas, ya ni pestañeamos. Que ahora cuesta mucho más captar la atención del espectador es algo evidente. Pero, ¿han cambiado realmente los realities que consumimos?

Puede que el culpable haya sido internet o quizás la evolución propia del ser humano, pero si hay un hecho innegable es que estamos acostumbrados a ver casi cualquier cosa, y más después de este 2020. "El acceso a internet y poder consumir todo tipo de contenido también ha hecho que nos habituemos a ver contenido explícito con mayor frecuencia", apunta la sexóloga Alba Povedano. Algo que está poniendo de manifiesto el programa La isla de las tentaciones. Seguro que os ha llegado algún vídeo, supuestamente filtrado por un ex trabajador de la cadena, a través de Twitter o Whatsapp, donde los protagonistas del reality mantienen relaciones sexuales sin nada que los tape de las miradas indiscretas. La pregunta entonces es inevitable, ¿dónde quedó el famoso edredoning? Y lo más importante, ¿si tan aberrante nos parece, por qué no cambiamos de canal? El escritor Roy Galán señala lo siguiente: "Lo difícil es que nos creamos algo de lo que vemos. Porque a lo que jamás podremos acostumbrarnos es a la verdad, cuando aparece en cualquier sitio, te atraviesa."

¿Por qué seguimos enganchandos a este tipo de realities?

La isla de las tentaciones, sin ir más lejos, hizo ayer (28 de enero) un 58% de audiencia en el público de 13 a 24 años. En esta conversación con ellos, les pregunto por qué seguimos viendo estos programas que nos venden un determinado tipo de amor. Roy lo tiene claro: "Sentarte a ver cómo otras personas intentan encontrar algo es humano porque directamente te coloca en un lugar en el que te comparas con lo que estás viendo." Por su parte, la psicóloga y divulgadora María Esclapez menciona otra cosa que también es muy humana: el morbo y el cotilleo. A mayores, Alba añade: "Tras estos programas hay unos castings extensos que escogen protagonistas poco ortodoxos y que suponen una sobrerrepresentación social, convierten estos programas en el mejor cóctel para que ocurran situaciones un poco surrealistas y que nos creen adicción."

Cuando decía que nos "venden" un determinado tipo de amor, me refería al amor romántico. María, Alba y Roy saben perfectamente a donde quiero llegar. "Seguimos ensalzando el amor romántico y el amor líquido o lo que viene a ser lo mismo, las relaciones rápidas basadas en ideas o creencias de cuentos de hadas", señala Esclapez. La tele nos sigue mostrando las relaciones superficiales y románticas como el objetivo a conseguir. "Parece que la sociedad está cambiando poco a poco y que somos personas más críticas a medida que tenemos más conocimiento y nos informamos más, pero desde luego, no es gracias a este tipo de programas", subraya Povedano.

Roy va más allá y habla de modelos: "El modelo de relación es el mismo: heterosexual, monógamo y se establece la infidelidad como la peor traición que alguien puede cometer sobre ti. De esta manera es como se ha establecido que debe ser el amor para todos y todas." ¿Tiene razón? ¿Por qué se ven cada vez menos relaciones solidas basadas en la confianza, los intereses comunes, la comunicación y el respeto? ¿Tal vez porqué no vende tanto?

¿Se muestra un modelo único de relación?

"Es incomprensible que en trece años de MYHYV jamás haya habido un tronista homosexual y la única explicación es que hayan pensando que no "funcionaría" igual de bien", pone de ejemplo Galán. A pesar de todo lo que hemos evolucionado como sociedad es llamativo como la mayoría de programas de televisión no muestran todo ese universo de gente que busca y tiene relaciones fuera de lo comúnmente aceptado o visibilizado. ¿Por qué la tele sigue apostando casi exclusivamente por las relaciones heteronormativas?

"Honestamente, porque creo que las minorías “venden” menos. Si pensamos a nivel económico lo que va a hacer que un programa triunfe, hay que pensar en la gran “mayoría” y en que el espectador pueda sentirse representado de alguna manera y pueda empatizar, para que así lo acabe consumiendo", resume Alba. Entonces, ¿todo es un tema económico? María lo traslada más a lo social y dice: "Lo heteronormativo sigue triunfando en la consciencia colectiva de las personas y está premiado con la aprobación de los demás."

Y la mujer, ¿ha cambiado su rol a través de la TV?

Aquí los tres coinciden en que algo hemos avanzado, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. "La constante mirada masculina sobre los cuerpos de las mujeres sigue ahí porque sigue en el centro mismo de la sociedad", afirma Roy. Hablamos de que la hipersexualización de la mujer continúa siendo una realidad dentro de la televisión y fuera de ella. También se menciona que se nos juzga constantemente. Si eres un objeto sexual involuntario, eres tonta por no darte cuenta, y cuando se es un objeto sexual por decisión propia, también tienen algo que decir en tu contra. Alba diría más: " Aún hay muchísimos programas en los que cuando la mujer hace lo que le da la gana con su cuerpo y su vida, el achaque mediático es fulminante. Mientras que cuando es el hombre quien lo hace, se le defiende porque es algo natural.”

A raíz de estas declaraciones abro el siguiente debate: ¿Sigue siendo un hándicap la soltería si eres mujer y un valor añadido si eres hombre? Galán contexta: "Las mujeres han sido educadas para encontrar en el amor un fin y en cambio para los hombres ha sido siempre un motivo de pérdida de su masculinidad. El relato de que ellas están locas por cazar a un hombre y ellos locos por escabullirse de una mujer sigue estando ahí."

Desde su experiencia como psicóloga Esclapez nos pone el siguiente ejemplo: "En consulta, escucho a muchas mujeres decir “se me va a pasar el arroz” en relación a tener pareja y, como ellas dicen, “hacer una vida”. Sin embargo, esta es una frase que nunca he oído decir a un hombre. Y te hablo de mujeres de 20 a 30 años."

La edad con la que se dicen estas expresiones impresiona. Entristece pensar que nada haya cambiado. Intento buscar consuelo en Alba, pero sus palabras no hacen otra cosa que confirmar las de María: "En términos generales, parece que cuando las mujeres están solteras es porque no encuentran a nadie que las quiera, no son lo suficientemente felices y/o están desesperadas por encontrar a alguien y no están solteras por decisión propia. Mientras tanto, los hombres aún gozan de ese “status” de soltero como algo que les sitúa en una posición de superioridad."¿Pero qué nos pasa? ¿Nos hemos quedado estancados en el pasado?

¿Falta diversidad?

En redes sociales y en la vida en general ya nos hemos acostumbrado a ver gente con diferentes sexualidades. La bisexualidad, el poliamor o la gente que ni siquiera se fija en el género del otro a la hora de tener una relación, está a la orden del día. ¿Qué le pasa entonces a nuestra televisión? ¿La tenemos que resintonizar? "Absolutamente. La diversidad ha existido siempre y seguirá existiendo. Aunque no se nos muestre, estamos aquí", reclama Galán.

"Algunos programas sí que trabajan desde la integración, pero en general yo creo que es una asignatura pendiente ya no sólo de los medios de comunicación, si no de la sociedad en general", destaca María. Al final, los tres están de acuerdo en que ciertos grupos siguen sufriendo el estigma y la invisibilización de gran parte de la sociedad y en consecuencia de la televisión. "Ciertos programas, aunque muestren algo más de diversidad, siguen estereotipando y estigmatizando a las otras realidades", señala la sexóloga Alba Povedano.

¿Qué tipo de realities deberíamos reclamar y/o ver?

María dice que ella haría un reality de la realidad. "Me explico. Sería muy interesante ver cómo diferentes personas gestionan el día a día con todo lo que ello implica con la ayuda de un profesional, tipo Pesadilla en la cocina, pero en lugar de restaurantes y comidas, personas y problemas reales." Para Alba si seguimos por la senda de los realities de pareja y hay dramas detrás, "al menos deberíamos buscar unas asesorías, comentaristas o mesas redondas, que desmitificaran esos comportamientos o nos enseñaran una alternativa más realista y sana a lo que estamos viendo." Algo en lo que coincide Roy: "Tal vez no deberían ver nada que no disfrutaran y deberían ver aquello que disfrutan analizando lo que ven", concluye.