El esposo de la reina

El Príncipe Alberto no encuentra su lugar en la casa y se siente desplazado, incluso el Duque de Sussex se niega a permitirle tener prioridad en la entrada a la cena. Él cree que cuando tengan un hijo obtendrá más respeto, pero Victoria todavía no está dispuesta a tener hijos. Abajo, Skerrett se enfrenta a un dilema cuando la única persona que puede salvar a su prima y a su hija pequeño de una muerte inminente es la persona en la que menos confía: Francatelli. Victoria quiere darle su lugar a su marido y para ello le ofrece un Título de Duquesa a la mujer del Duque de Sussex, para que él deje la prioridad en la cena a Alberto. Todo sale a la perfección y Alberto lo agradecerá. Pero él quiere ganar su propia batalla y para ello, decide presidir una convención para abolir la esclavitud y su asistente Anson le ayuda a preparar un discurso con el que triunfa por sí mismo ante los más altos cargos políticos.