Bárbara recupera la sonrisa

Irene y Bárbara pasan una tarde con merienda al aire libre, y la hija del duque se alegra de ver a su amiga con energía y volviendo a sonreír. "Lo hemos pasado mal en casa, pero por suerte nuestras desgracias han terminado. Ayer lo celebramos con una cena y lo pasamos en grande", le confiesa la Salcedo de la Cruz. Ambas comentan la situación tan diferente que viven en las dos casas: mientras que en la pequeña se respira un ambiente familiar desde la llegada de Bernardo y Mercedes, en palacio la hostilidad es constante. Bárbara le ofrece trasladarse con ella como ha hecho Alejo, pero como le ha dicho la Gálvez de Aguirre, eso solo complicaría más las cosas entre las dos familias, y no quieren arruinar la tregua que han firmado en los últimos días.

La otra razón por la que Bárbara está tan feliz es Leonardo. "La llegada de su madre también ha obrado un efecto balsámico. Es una gran mujer. Leonardo no se muestra cohibido en su presencia ni se siente obligado a nada" le confiesa la joven a su amiga, y es que su enamorado "vuelve a ser Leonardo", como le dice Irene. Por su parte, la hermana de Adriana le da razón a su amiga con que no tenía que presionarle y que tenía que comprender que la situación no era fácil.