Tomás quiere robar en la Casa Grande con la ayuda de Luisa

Luisa vuelve a descubrir en su alcoba a Tomás, esta vez, solo al lado de la cuna del pequeño Evaristo: "Te he dicho más de una vez que no entres aquí y más cuando estás tú solo. Pueden vernos juntos, ¿y si nos ve Alejo? Puede que él no sea tan compresivo como yo". El conocido de la criada se ríe del Gálvez de Aguirre llamándolo "cachorrito que no asustaría ni a una mariposa", por lo que Luisa pide respeto e ir a hablar a otro sitio.

Tomás no quiere ir a ningún otro lado, pues será claro y breve: "¿No querías saber por qué he vuelto a aparecer en tu vida?", le pregunta a una Luisa que le pide ser rápido. En cambio, ahora es él quien marca los tiempos. "Ya no somos socios, ahora mando y ordeno. Es lo justo, ¿no? Después de lo que pasó", le dice antes de contarle que ha visitado la Casa Grande y que se ha llevado una decepción con ella, pero Luisa le pide ir al grano.

"El caso es que en esa casa hay algo. Una talla que debe valer una fortuna. Ya tengo un comprador que me ha dicho que puedo ponerle el precio que quiera", le explica a la cocinera, que no quiere saber nada de lo que tiene planeado. Sin embargo, Tomás considera que le interesa y mucho lo que tiene que contarle: "Necesitas saberlo, porque vas a ser tú quien me ayude a robarla".